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La dársena se llena de suciedad tras no limpiar Lipasam en agosto

Los desperdicios se acumulan en el tramo entre San Jerónimo y el puente del Alamillo.

el 21 ago 2013 / 23:00 h.

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El tramo de la dársena que discurre entre el puente del Alamillo y el llamado Huevo de Colón a lo largo del parque de San Jerónimo se ha cubierto literalmente de mierda. A la proliferación de juncos, que incluso se adentran hasta la mitad del cauce, se unen ramas, palos, latas, botellas y un sinfín de residuos tanto en el río como en las orillas, un problema agravado al bajar en verano el nivel de las aguas, sacando también a flote el cieno y la suciedad del fondo, provocando malos olores. Y para rematar, en los bajos del paseo, justo en la margen del Guadalquivir y entre matorrales, duermen indigentes, que dejan un reguero de desperdicios. cauce del rio Troncos, ramas y botellas se adueñan de este tramo del río. En agosto Lipasam no limpia el cauce. El motivo, según sostienen desde el Ayuntamiento de Sevilla, es que el catamarán utilizado para las tareas dentro del río y hasta sus orillas, que lleva el nombre del ecologista andaluz Anastasio Senra, ha de pasar por ley una revisión, que impide actuar durante este mes. El barco realiza el recorrido entre el puente de las Delicias y San Jerónimo, y tan solo hay uno. Desde el Consistorio resaltan que sí existe labor de barrido y retirada de residuos desde tierra hasta los lugares donde los trabajadores puedan llegar. Agua adentro, no. Y la normalidad, comentan las fuentes, se restablecerá en septiembre. Sin embargo, el problema no es sólo de agosto, sino que se remonta a meses atrás, y así lo revelan la expansión de los juncos, entre los que anida ahora la creciente colonia de patos, y la madera que se acumula bajo la pasarela peatonal. De hecho, bajo esta última, los vándalos habían escogido como particular juego tirar los palos que sostienen en vertical los árboles recién plantados para que quedaran clavados en el cieno que, al reducirse el nivel del agua, salta a la vista, y al olfato. La suciedad de la dársena contrasta con el tramo que discurre a lo largo de la zona histórica, entre Plaza de Armas y Los Remedios. Con éste se tiene una especial atención al ser parte de la cara turística de la ciudad. Pero también chirría con la pulcra labor desplegada en el propio parque de San Jerónimo. Desde el comité de empresa de Lipasam y de Parques y Jardines resaltan ese trabajo y que la situación actual es por falta de previsión en los meses anteriores al verano.

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