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La debacle socialista

El PSOE culpa a la crisis, pero internamente admite el cambio de ciclo y la necesidad de una reflexión.

el 22 may 2011 / 23:05 h.

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Juan Espadas y José Antonio Viera comparecieron tras la derrota.

Nunca antes el PSOE había caído por debajo de los 100.000 votos en la capital, desde 1995 no había tenido menos de doce concejales, en la última década nunca había perdido en feudos como la Macarena y, sobre todo, no se recuerda un trasvase tan evidente de votos socialistas al PP . Son los rasgos de una debacle, de un cambio completo de ciclo que, aunque se haya producido en todo el país, tiene en Sevilla uno de sus principales focos.

Porque hasta ahora, al igual que Andalucía, había resistido. Pero ahora no. La participación revela que el escenario ha cambiado: la participación revela que el votante de izquierdas no se ha quedado en su casa. Pero no ha votado socialista y en muchos casos ha apoyado al PP.

La lectura es más evidente si cabe si el foco se centra en los barrios a los que el PSOE ha dirigido su mensaje. Sus cinco feudos, de los que ha perdido tres y en los otros dos las diferencias han sido muy bajas. En Macarena las cifras encajan: los socialistas pierden 3.000 y el PP gana otros tantos, en Cerro-Amate los populares ganan 4.000 y el PSOE pierde la misma cifra. Y una situación similar se produce en distritos como San Pablo .

Al inicio de la tarde de ayer, los rostros en el PSOE eran de cierto optimismo. Con tanta participación, si el PP tenía mayoría absoluta era una debacle, implicaba un cambio de ciclo. Se ha producido. En un mandato marcado por problemas en la gestión, por escándalos como Mercasevilla, por una compleja transición interna en el partido a espaldas del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, por una apuesta arriesgada por un candidato nuevo al que como dejó entrever ayer le ha faltado tiempo, el PSOE miró al mapa nacional, repleto de marcas azules en puntos que antes eran rojos para busca una explicación.

Así lo hizo el candidato socialista, Juan Espadas , quien luchaba ayer por la noche para afrontar con entereza la mayor derrota del PSOE en Sevilla.

"Los ciudadanos han entendido que hacía falta un cambio hacia la derecha", señaló con resignación y decepción el cabeza de lista, quien apuntó como único culpable a la crisis: "La situación de la gente, el desempleo ha primado sobre la valoración de la gestión o los proyectos de futuro". No es momento para la autocrítica, sino para un decaído cierre de filas en el que participaron decenas de dirigentes socialistas, desde Sánchez Monteseirín y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis hasta José Caballos.

Escena provincial. Muchos de ellos, con restos de nerviosismo y alguna lágrima en sus rostros, se atrevieron incluso a posar con el que ha sido su candidato. A aplaudirle mientras bajaba las escaleras y abandonaba la sala en la que había visto como las expectativas creadas por la alta participación eran erróneas, y cómo su votante tradicional le había dado la espalda.

Y si Espadas miró al mapa nacional, el secretario provincial del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, se centró en el escenario provincial, en que los socialistas seguían siendo los más votados.

"Un voto en Écija vale lo mismo que en Los Remedios", afirmó tras incidir en que el "nuevo ciclo político" tiene su clave en el voto urbano, en las grandes ciudades. Como Sevilla, Mairena del Aljarafe , Écija o Tomares , todas en manos del PP, tres de ellas desde las elecciones de ayer.

¿Y cómo se afronta este nuevo ciclo? Espadas lanzó un mensaje valiente, asumiendo su nuevo papel de portavoz y senador, con un grupo de once concejales de los que tres son independientes (la salida de algunos como Antonio López ya se daba ayer por segura) y ante un gobierno con más poder del que ha tenido ninguno en la ciudad de Sevilla: "Aquí no termina todo, empieza un nuevo ciclo político en la ciudad con un proyecto socialista en la oposición".

Y hay mucho en juego con unas elecciones en marzo de 2012 ante las que el candidato socialista confió en que "la derecha enseñe cómo gestiona" para que se pueda producir un giro.

Pero, ¿y el PSOE? Después de las crisis internas de los últimos años, de los pulsos por el control del partido sólo atenuados por la posibilidad de mantener el gobierno local, la reflexión es inevitable. Viera, de momento, marcó claramente su postura: nada de congresos extraordinarios, nada de relevos en la dirección provincial hasta la primavera de 2012. Cuando toca. Pero en marzo, salvo cambio provocado por el terremoto nacional del PSOE, se juega uno de los últimos grandes bastiones que le quedan a los socialistas: Andalucía.

Y en ese punto, el líder de la agrupación provincial con más peso a nivel autonómico sí se mostró dispuesto a hablar. A revisar el escenario orgánico. "Es pronto aún a estas alturas de la noche, pero habrá que hacer una reflexión crítica", apuntó para, a continuación, incidir en la necesidad de recuperar la confianza de los votantes de la capital.

Y al PSOE no le bastará ya con mirar a sus cinco barrios. Tendrá también, como admitía ayer Espadas, que centrarse en movimientos como el 15-M, en los nuevos votantes, en el desempleado. ("A los que quieran cambiar el sistema, les digo que pueden contar conmigo"). Y, sobre todo, tendrá que hacer una autocrítica, que ayer ni siquiera se quiso esbozar entre gestos de agradecimiento, ensalzamientos de la campaña bien realizada y defensas del resultado a nivel provincial.

Pero que requiere de un detenido análisis en el que deben entrar factores como la gestión municipal, el relevo interno, la estrategia seguida o el impacto de la actuación en Mercasevilla.

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