La actuación municipal ante el fenómeno de la prostitución se focaliza a través del centro Leonor Dávalos, dependiente de la Delegación de Mujer. Respalda que se regule esta práctica en una ordenanza, aunque con dos matices: que se proteja a las prostitutas y que se actúe también contra los burdeles.
El fenómeno de la prostitución ha experimentado una importante transformación en la ciudad en los últimos años. Hay más clubs de alterne, en torno al 90% de las prostitutas son inmigrantes y la práctica callejera se ha reducido y ha cambiado de escenario. Los estudios realizados desde el centro Leónor Dávalos revelan que la mayor parte de esta actividad en la vía pública se centra en el distrito Nervión.
En el entorno del estadio Sánchez Pizjuán y en calles como Santo Domingo de la Calzada. Prácticamente se han abandonado escenarios como Sevilla Este o la Alameda.
El perfil de estas prostitutas que ejercen en la calle también ha cambiado. La mayoría son inmigrantes de países del África subsahariana o travestis. Se sitúan en las calles del distrito de Nervión o en algunos polígonos industriales a altas horas de la madrugada. No hay forma de calcular su número, aunque desde el Centro Leónor Dávilas subrayan que hay muchas personas en esa situación.
En este escenario, el Gobierno local ultima la elaboración de una normativa que regule el ejercicio de la prostitución en la calle tras una iniciativa presentada por el PP. La dirección del Centro Leónor Dávilas, respalda este proceso de debate abierto en el seno del Gobierno local, Aunque con matices. "Si partimos de la base de que la prostitución es un tipo de violencia de género, hay que intentar erradicarla, no permitirla en algunos casos y en otros no", explica la responsable del organismo municipal, Rosa Terrón.
De ahí que desde este centro, responsable de un grupo de trabajo sobre la prostitución en el que participan distintas asociaciones, inste a aplicar medidas e intervenir contra los burdeles: "Se deben tomar medidas para reducir este fenómeno y para incomodar a los clientes. Que Sevilla no sea una ciudad fácil para las mafias y los proxenetas". La prohibición de esta actividad depende de una legislación estatal, aunque el Centro Leónor Dávalos reclama medidas integrales y no dar facilidades a estos locales en los polígonos industriales: "Incumplen ordenanzas ya existentes, y no se actúa contra ellos".
En cualquier caso, la ordenanza municipal se centra en la prostitución callejera. Y la propuesta es sancionar al cliente. Esa visión coincide con al Centro Leónor Dávalos, que no está muy de acuerdo con otro aspecto. El referente que plantea el PP es la normativa puesta en marcha en Barcelona hace dos años. "Al final -recuerda Rosa Terrón- las perjudicadas han sido las prostitutas y no los clientes".
