Los 30 millones de euros que el Go-bierno andaluz destinó para costear las becas salario este curso no serán suficientes para cubrir el exceso de demanda. El plazo de solicitudes se cerró ayer con más de 10.000 peticiones, el doble de las que pueden asumir con el gasto previsto inicialmente.
Educación tendrá que excluir ahora a los aspirantes que no cumplen los bajísimos niveles de renta que exige la beca, aunque "no descarta ampliar el presupuesto inicial si fuera necesario", señalan fuentes de la consejería.
Hasta ayer, cuando se cerró el plazo de entrega, Educación había recibido más de 10.000 solicitudes de alumnos para optar a una beca salario este curso. El departamento que dirige Mar Moreno no esperaba que en el primer año de implantación de estas ayudas contra el abandono escolar la demanda estuviera tan por encima de las previsiones de la Junta. Las llamadas becas 6.000 fueron una promesa electoral del ex presidente Manuel Chaves y se incluyeron en la agenda de la consejería como uno de los programas estrellas de la educación andaluza.
Pero después han ido a destiempo de la realidad económica del momento. Se prometieron cuando las arcas estaban llenas; se presupuestaron un año después en un clima de recesión; luego se establecieron los requisitos económicos más ínfimos de todo el sistema de becas estatal y autonómico -la renta del alumno debía estar por debajo del umbral de la pobreza- y, aún así, al final se han recibido el doble de solicitudes de las esperadas.
De 55.000 a 5.000. Dicho de otro modo: el PSOE-A empezó cifrando el gasto de las becas salario para los próximos cuatro años en 525 millones de euros, anunciando que habría 55.000 beneficiarios, hasta 11.000 en el primer año. Con una paga mensual de 600 euros, los jóvenes que terminaban Secundaria podrían matricularse en el primer curso de Bachillerato o de FP, en lugar de abandonar los estudios para trabajar y llevar dinero a casa. Hace seis meses, el Consejo de Gobierno aprobó una partida de 30 millones de euros para sufragar las becas salario. La entonces consejera Teresa Jiménez rebajó el número de beneficiarios potenciales a 5.100 alumnos este curso. El plazo para solicitar las ayudas se abrió el pasado 1 de julio, y se cerró ayer con más de 10.000 peticiones sobre la mesa.Si todos ellos cumpliesen con los requisitos que establece la beca, la Junta tendría que doblar el presupuesto inicial hasta los 60 millones de euros.
Pero los índices de renta que deben cumplir los alumnos para optar a estas becas son tan bajos -menos de 7.000 euros al año para una familia con dos hijos-, que la consejería no cree que haya más de 6.000 estudiantes de Bachillerato que vivan con estas condiciones económicas en Andalucía. "Puede que haya que ampliar el gasto inicial, pero nunca será el doble", explican fuentes de Educación. Cuando se aprobó el decreto de las becas salario, la consejera Mar Moreno ya advirtió de que "tener que ampliar el presupuesto sería un éxito, porque significará que las familias quieren que sus hijos sigan estudiando".
Con todo, la consejería reconoce que los criterios económicos que han impuesto son demasiado rigurosos y que "más de la mitad de aspirantes" podría quedarse sin beca, en cuyo caso podrían "flexibilizar" las condiciones económicas en la convocatoria del año próximo. Pero, a punto de aprobar "los presupuestos más austeros", el margen de la Junta para incrementar el gasto de las becas no es muy amplio.
Durante una rueda de prensa celebrada ayer en Granada, Moreno destacó el "esfuerzo solidario de Andalucía" hacia aquellos alumnos "con dificultades económicas que tienen talento" y consideró que esa "solidaridad" y también la "exigencia" son las claves de la beca 6.000.
