Cuesta admitirlo, pero es innegable que tras las grandes cifras macroeconómicas hay otros indicios más próximos que evidencian que la desaceleración es una realidad para el ciudadano. Un dato. La petición de pequeños préstamos, habitual para afrontar con cierto desahogo las fiestas de la primavera, se ha reducido entre un 20% y un 50%.
Se tenía que notar. Alimentos, gasolina, hipoteca... Todo inmerso en una espiral de subidas que no dan respiro y a la que se suman, por las fechas en las que nos encontramos, varias citas de las que resulta muy complicado escapar para el sevillano y que atacan directamente a la cartera. Son las fiestas de la primavera: Semana Santa, Feria de Abril y El Rocío.
Son muchos los sevillanos que, año tras año, acuden a las entidades financieras para pedir un pequeño préstamo o productos como las tarjetas de crédito que les permitan hacer más llevadero el nivel de gasto que, para muchas familias, sería insalvable de otra manera. No es que lleguen al banco a la caja que sea y digan "quiero 3.000 euros para irme al Rocío", pero sí bajo excusas de reformas en el hogar o un merecido viaje de vacaciones.
Pero este año no será igual que los demás. Según apuntan fuentes del sector financiero, tras consultar a las principales cajas de ahorros andaluzas que operan en Sevilla y su provincia, lo cierto es que la desaceleración económica, de la que se habla en grandes cifras, ya ha hecho mella en los bolsillos de los ciudadanos, algo que pone de manifiesto el hecho de que la financiación al consumo -que comprende los préstamos de pequeña cuantía (hasta unos 30.000 ó 40.000 euros) y las tarjetas de crédito- se haya anotado caídas que oscilan entre el 20% y el 50%, en comparación con las mismas fechas del año anterior, según indican las fuentes consultadas.
Uno de los principales motivos que explican este fuerte descenso es la caída del consumo. A menos compras, menos necesidad de financiación, explican otras fuentes, a lo que se une la restricción de créditos del conjunto de entidades financieras, cuya estrategia común se centra ahora en captar depósitos frente a la concesión de préstamos, lo que se ha denominado popularmente cerrar el grifo.
Un ejemplo claro se encuentra en el retroceso registrado en el sector del automóvil, que según datos de la patronal, ha experimentado, sólo en marzo, una bajada de las ventas del 25%. Además de la empresa que los fabrica, la cadena continúa con las empresas financiadoras, que ven reducir su actividad en similar proporción.
Pero tampoco es menos cierto que se ha reducido el margen para consumir. La subida del Euríbor, indicador que sirve para revisar lo que se paga de hipoteca, de nuevo en máximos, asfixia a las familias. Eso, junto a los precios de los alimentos y de productos básicos, como la gasolina, que se han situado en cotas difícilmente asumibles para muchos.