2007 ha sido el año de consolidación de un euro fuerte, demasiado para las pretensiones de crecimiento de las exportaciones andaluzas. La moneda se cambió, de media, a 1,37 dólares. Demasiado para mantener la competitividad. Significativo es, pues, que en un año haya crecido un 75% lo que Andalucía compra a EEUU frente al 12% a la inversa.
Tradicionalmente y salvo alguna excepción puntual, Andalucía ha mantenido con EEUU un intercambio comercial positivo, esto es, le vendía más de lo que le compraba. Hasta 2006. A partir de ese año esa tendencia se rompe y se acentúa en el año que acaba de concluir. Y es que frente a las exportaciones andaluzas realizadas entre enero y octubre de 2007 -los últimos datos disponibles- se elevaban a 535,36 millones de euros, un 12% más que en ese mismo periodo del año anterior. En el caso inverso, las importaciones procedentes del otro lado del Atlántico ascendieron a 652,5 millones, un 75% más que en 2006.
De esta manera, la dependencia de productos made in Norteamérica ha crecido a un ritmo muy superior (6,5 veces) al que lo han hecho las ventas andaluzas en ese país, según se desprende de las estadísticas de comercio exterior del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Una de las explicaciones que justifica que la balanza se incline más del lado estadounidense hay que buscarla en la moneda. Un euro fuerte resta competitividad porque hace menos atractivos a los productos que se comercializan en esa divisa frente a otros que se pagan en dólares. Y es que la escalada del euro frente al dólar ha sido considerable. Sólo en 2007 el euro se intercambió, de media, a 1,37 dólares. Muy lejos queda ya el año 2002 en el que la moneda única europea cotizaba por debajo del billete verde, a 0,94 dólares, según datos del Banco de España.
Sin embargo, las empresas andaluzas, pese a la dificultad extra, siguen mirando con interés al mercado estadounidense. Así lo considera Miguel Ángel Jiménez, director de Exportaciones de Landaluz, quien apunta a una razón obvia. Al fin y al cabo se trata de un mercado con 300 millones de consumidores potenciales. "El que consigue entrar en EEUU con los precios actuales, obtendrá unas ganancias mucho mayores cuando el dólar se estabilice y se acerque al valor del euro", como vaticinan los expertos, aunque eso signifique reducir ahora algo los beneficios. Una inversión rentable a medio plazo.
Coincide en señalar que las empresas agroalimentarias, que son las que fundamentalmente exportan al otro lado del Charco, siguen interesadas en abrirse mercado en EEUU, aunque reconoce que lo que les echa un poco para atrás es la actual coyuntura de la divisa. Su recomendación es clara. "Hay que seguir apostando por EEUU". De hecho, el sector de la agroalimentación acapara el 43% del total de exportaciones, con las frutas y legumbres y los aceites, en cabeza.
Preguntado acerca de si la crisis desatada en EEUU por las hipotecas de alto riesgo (subprime) han mermado de alguna manera las exportaciones andaluzas, Jiménez considera que aunque "se está notando un poco", lo que más afecta es la fortaleza del euro, que les hace ser menos competitivos respecto a sus rivales.
Además, a favor de los productos andaluces está que el aceite de oliva y la aceituna de mesa "funcionan bastante bien" al otro lado del Atlántico, "cada vez se integran más en la dieta" de los americanos y no son un producto de lujo. Veamos qué hacen algunas empresas andaluzas con intereses en EEUU.
Ángel Camacho. Cuenta con una posición de liderazgo en la venta de aceitunas de mesa en ese país. Prueba de que no se plantea ceder ese puesto lo confirma la reciente fusión de ese negocio con el de la empresa americana Westin Foods el pasado octubre, que comparten al 50%. La citada filial Ángel Camacho Inc es líder americano en la distribución de marcas blancas y uno de los principales proveedores de aceituna para el canal de hostelería.
Cosentino. El presidente de una de las empresas andaluzas más internacional, Francisco Martínez-Cosentino, lo tiene claro. La única forma de solventar esta situación es a través de la innovación. No se plantea llevar la producción fuera de Almería a la zona dólar, donde cuenta con 18 fábricas para la distribución y comercialización de superficies en piedra. Y es que el 54% de sus ventas está en EEUU. "El I+D+I es la diferencia competitiva que nos puede ayudar a salir adelante tras la devaluación del dólar", confesaba recientemente a este periódico.
La española. La marca del grupo Acesur tiene presencia en EEUU desde hace más de 25 años, como uno de los principales exportadores de aceite. Cuentan con varios distribuidores que cubren la totalidad del país.
Herba Ricemills. La empresa, perteneciente al grupo Ebro Puleva, es líder mundial de arroz. En los últimos años ha destinado inversiones a la compra de empresas norteamericanas (como Riviana Foods y New World Pasta) para afianzarse en ese mercado.