El bloque de derecha del primer ministro liberal, Anders Fogh Rasmussen, ganó las elecciones generales en Dinamarca, con lo que logró un histórico tercer triunfo consecutivo, aunque mantiene la incertidumbre sobre los apoyos que necesitará para asegurar la mayoría absoluta.
La coalición de Gobierno de liberales y conservadores, con el apoyo externo del Partido Popular Danés, roza el 50% de los votos y los 90 escaños necesarios para controlar el Parlamento, escrutado el 80% de los votos, aunque podría llegar a esa cifra con el posible esca ño del feroés Bloque Popular, su aliado en este territorio autónomo danés. Groenlandia y las Islas Feroe se reparten cuatro escaños a partes iguales, que se contabilizan más tarde, aunque los pronósticos apuntan a que ganarán tres partidos que apoyan a la izquierda y otro a la derecha.
Con estas previsiones, Rasmussen no necesitaría el apoyo de Nueva Alianza, un partido centrista creado hace seis meses en torno a la figura del popular político de origen sirio Naser Khader y que centró la atención durante la campaña ante la posibilidad de ser el árbitro de la política danesa.
Nueva Alianza nació para atraer a Rasmussen al centro y reducir la influencia de la ultraderecha, pero el panorama que ofrecen los resultados provisionales apuntan a que su apoyo no será imprescindible y la derecha mantendrá la línea impuesta en los últimos seis años, basada en una férrea política de inmigración y la congelación de los impuestos.
