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La deuda devora los recortes

Los intereses se disparan y la deuda pública se sitúa en el tercer puesto en el gasto, tras educación y sanidad

el 31 oct 2012 / 20:42 h.

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El gran logro político del Presupuesto andaluz de 2013 es que no se privatizan hospitales, se seguirán financiando fármacos contra el cáncer y no se cierran casas de acogida para las mujeres maltratadas. Son palabras de la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, durante la presentación de las cuentas públicas. Así están las cosas. Los andaluces deben dar las gracias, advierte su Gobierno de izquierdas, porque no se supriman servicios públicos del calibre antes descrito. Y es que el Presupuesto de PSOE e IU para el próximo año también practica la máxima de cumplirás el déficit por encima de todas las cosas y la tijera hace estragos.


Aunque no falta literatura política en contra de la "obsesión" por la austeridad que está hundiendo aún más la economía, Andalucía se compromete a acabar 2013 con el déficit en el 0,7% del PIB y advierte de que lo hace bajo la amenaza de "sanciones muy graves en caso de constatarse desviaciones". Esto, según figura en el informe económico y financiero de la ley presupuestaria, obliga a un ajuste adicional de 4.200 millones de euros. Con esta soga, poco más se puede hacer excepto "resistir", dijo Aguayo. Quizás es menos creíble que traten dar lecciones de Presupuesto social.


El quinto Presupuesto de la crisis (30.706 millones de euros) exhibe unas cuentas que andan caninas y en las que directamente el Estado dejará de transferir 688,9 millones por recortes en los Presupuestos Generales del Estado. No hay ninguna buena noticia. Caen las transferencias desde el Estado y los ingresos tributarios. Además, la Junta puede endeudarse casi la mitad que el año pasado y solo acopiará por esta vía 1.028 millones de euros. Como consecuencia, todas las consejerías -sin excepción- reducen sus recursos una media del 10,7% (2.949 millones de euros). Nada se salva de la tijera, aunque educación, sanidad y empleo tengan un trato preferente.


La gran sacrificada vuelve a ser la inversión directa y la obra pública. Antes se prometían carreteras millonarias y tranvías de coste desorbitado. Ahora se pasea la dotación de 10 millones de euros para carriles bicis. Además, por orden de los socios de gobierno (IU), se elimina la fórmula de la cofinanciación público-privada para nuevos proyectos. La inversión pública vuelve a caer un 20%, hasta los 3.814 millones . Retrocede a niveles de 2003. La caída acumulada de la inversión es del 60% desde 2009. A la consejera de Hacienda se le preguntó ayer insistentemente sobre si no teme el efecto búmeran de este recorte sobre el empleo en una comunidad que pivota sobre la construcción. No respondió. Simplemente reiteró que hay que elegir y que no toca construir autovías sino no cerrar hospitales.


Y en contraposición, la gran privilegiada es la deuda pública, que escala posiciones en el monto total de la cuenta de la Junta. Ojo a los datos. En 2013 la Junta pagará por intereses de la deuda contraída en los últimos años 2.532 millones de euros, con una variación respecto a 2012 (según el cuadro oficial) del 75%. Es deprimente. El gran esfuerzo que se hace en recortes en las consejerías (2.949 millones) prácticamente llega la deuda y se lo traga de un solo mordisco. O el recortazo último de la pasada primavera (2.700 millones) equivale casi a lo que pagaremos en intereses.


En el total del Presupuesto, el mayor peso específico recae en sanidad y bienestar social: 33% (10.086 millones) . En segundo lugar destaca educación: 20% (6.031 millones). Y en tercero: 11,6% deuda pública (3.581,6 euros). Los dos primeros apartados retroceden posiciones. El último aumenta su peso específico en 4,7 puntos respecto a 2012 "como consecuencia del mayor volumen de endeudamiento y del mayor coste de la deuda, debido al contexto económico financiero en que se han elaborado los presupuestos", reza en la ley.


El Gobierno andaluz estima que la economía seguirá en recesión el próximo año y que se producirá un crecimiento negativo del 1,2% del PIB. No obstante, el Presupuesto del empleo, como ha proclamado el Gobierno, elude tasar el efecto de ese mal dato en el mercado de trabajo. Con una tasa de paro actual que excede el 35%, la Junta evita dar cifras sobre la evolución del desempleo. Lo más concreto que dice es lo siguiente: "Se prevé un nuevo descenso de la ocupación no tan intenso como en 2012 y que junto con la incorporación de activos aumentará la tasa de paro". Vamos, que la lista de parados seguirá en aumento en Andalucía. Por contra, el plan de empleo prevé la creación de 11.000 puestos de trabajo. Hay 1,4 millones de parados en Andalucía. Y la partida destinada a la Consejería de Economía y Empleo desciende un 15,7% fruto, aclaró Martínez Aguayo, del recorte en las transferencias para políticas activas desde el Gobierno central.


Hay otros datos llamativos en el Presupuesto andaluz. Se descartan nuevos impuestos y se prevé una recaudación de 240 millones de euros mediante un plan de lucha contra el fraude fiscal que es la tercera vez que se presenta. Se castiga la partida de Turismo (sector que supone el 11% del PIB andaluz) con un desplome en su asignación del 36%. Se sube un 2% el complemento a las pensiones mínimas, pero la partida total cae un 26% porque cada año disminuye el número de beneficiarios.


Éste es el primer Presupuesto fruto del acuerdo de Gobierno con IU, pero da la impresión de que ninguna de las grandes apuestas de la federación de izquierdas está recogida en las cuentas. Sobre todo en materia fiscal, los socialistas han pasado de largo. IU pedía cinco nuevos impuestos, el más importante uno para las grandes superficies comerciales. Tampoco se crea un Instituto de Crédito andaluz, aunque sí un grupo de trabajo para estudiarlo.


En las empresas públicas sí que se da una patada al problema hacia el tejado de los entes. La Junta recorta un 11% las transferencias a su sector público y señala que serán las empresas las que tendrán que decidir si despiden o rebajan salarios y jornadas. Así es el Presupuesto andaluz, ese que recorta sin recortar.

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