Ni habrá ejecución provisional de la sentencia que eliminaba de las hipotecas las cláusulas suelo, que permiten aplicar y cobrar un interés mínimo aunque se desplome la tasa del Euríbor, ni una reclamación de carácter masivo por parte de quienes tengan contratos con las tres entidades (BBVA, Cajamar y Caixa Galicia) afectadas por el fallo del juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla del otoño pasado.
Esa ejecución provisional fue recurrida y en un auto conocido ayer el Mercantil la revocaba, si bien dejando la puerta abierta a que cada hipotecado reclame el cumplimiento de la sentencia -la que anulaba las cláusulas suelo, que también ha pasado a una instancia judicial superior-. Eso sí, advierte el juzgado, la petición de devolución del dinero será "bajo su responsabilidad" y durante el tiempo que perdure la provisionalidad del fallo.
Por un lado, se está diciendo que Ausbanc, la organización que denunció las cláusulas por considerarlas abusivas, no puede actuar como intermediaria de una reclamación general por parte de los hipotecados y que éstos, uno por uno, habrán de acudir al juzgado para exigir, si así lo desean, la ejecución hasta que haya un pronunciamiento firme sobre el recurso interpuesto. Y por otro, que si el particular lo hace y logra la supresión de ese nivel mínimo de interés, se arriesga a pagar todo junto (devolución más el dinero posterior por la restauración del suelo) si la banca gana finalmente el juicio.
El auto -de fecha de 12 de abril y notificado ayer- estima el argumento de BBVA, Cajamar y Caixa Galicia en cuanto a que la ejecución provisional del fallo supondría, dicen, "un perjuicio irreparable", tal y como consta en informes periciales aportados.
Así, en el caso del BBVA serían 28 millones de euros directos, sin contar con que gran parte de su cartera hipotecaria se encuentra titulizada (es decir, convertida en títulos de deuda colocados en los mercados), de ahí que habría consecuencias "sobrevenidas" en los inversores, sean nacionales o extranjeros. En el caso de Cajamar, serían 115 millones, con lo que la exposición a la sentencia es de mayor envergadura, y de 175.283 euros mensuales para Caixa Galicia (ahora Novacaixagalicia).
En cambio, rechaza, por "generalidades no acreditadas" el argumento de Ausbanc de que la no ejecución provisional conduciría a "situaciones irreversibles individualmente consideradas por el posible impago de cuotas, ejecuciones y pérdidas de vivienda", señala el auto.
Éste, asimismo, apunta a que el daño a las tres entidades ni se compensa ni tiene contrapartida en el caso de Ausbanc; esto es, si es revocada la sentencia, con qué soporte cuenta ésta para atender los perjuicios de la anulación provisional de las cláusulas. Sin que existan componentes adicionales que demanden una tutela mayor como serían la salud pública, las cuestiones medioambientales o la protección de la infancia, en este caso concreto de las hipotecas se excede, y no ha lugar, el marco de la "ejecución exclusiva de una acción colectiva". Esto es, que nada de reclamación masiva por parte de Ausbanc, al tiempo que sugiere que ésta, para este asunto, tiene argumentos etéreos.
La ejecución provisional anulada fue admitida por el juez que emitió la sentencia en otoño pasado y ordenaba a las entidades a retirar los suelos en las nuevas hipotecas dando dos meses para hacerlo en las antiguas. Tan sólo en el BBVA suponía poner patas arriba una cartera estimada en unas 400.000 hipotecas.
La banca, incluso, asegura que las sentencias contra las cláusulas suelo -la del juzgado sevillano no es la única- acarreará el encarecimiento del crédito si se convierten el firme. De todas formas, ya las hipotecas están cambiando ese mínimo por diferenciales sobre el Euríbor más altos.
