María sujeta a su padre del brazo y lo lleva con tranquilidad a cumplir con el ritual más sevillano: coger una hogaza de pan y mojar en el oro líquido que una amable azafata le vierte sobre el plato. Una sonrisa se ilumina en los labios del anciano que están bañados en el gran protagonista de Oleum 2008: el aceite.
El anciano cumplió a rajatabla con la proclama que, minutos antes, hizo el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, en la inauguración de la II Semana del aceite de oliva extra virgen y la aceituna de mesa (Oleum 2008). "Sevilla tiene que rendir culto al olivar", apuntó. Y fue dicho y hecho. Las cooperativas se repartieron en los 25 expositores de la feria, que estará en la sede de la Diputación hasta el viernes, para crear un santuario con el mejor de los reclamos: el de toma pan y moja. Así, entre platos de aceite y canastas de pan, los olivareros acompañaron el banquete con cuencos repletos de aceitunas.
Las empresas más innovadores -o quizás las más tradicionales- apostaron por la variedad. Es el caso de El Macaco, que mostró además productos para la salud, como el aceite hipéruco, que usaban los romanos para sanar; o para la higiene, como los jabones.
Mientras en una de las carpas se ofrecían los manjares, en la de enfrente se premiaban a aquellos que han obrado el milagro de convertir a la provincia en referente productor del aceite y la aceituna de mesa. Villalobos, junto al delegado provincial de Agricultura, Francisco Gallardo, entregaron los primero galardones Oleum 2008. El primero -y más sentido- fue el concedido a Miguel Manaute por su promoción del olivar y su lucha por aplicar la reforma agraria cuando estaba al frente de la Consejería de Agricultura. Aquejado de una enfermedad, no recogió el premio, pero sí su esposa, Inmaculada Lucena, que recibió el cariño del sector del olivar en pleno.
Pero Manaute no fue el único distinguido en la gala. También lo fueron el director de la almazara del Instituto de la Grasa, José Alba, por su labor investigadora; o el periodista Roberto Sánchez, por difundir las bondades del aceite en su programa Salud al Día, de Canal Sur. Por último, el jurado premió a dos genios de la producción: Francisco Javier Espinosa, maestro de la cincuentenaria almazara San José de Lora de Estepa; y Eduardo Cortés, de Arahal, por su aderezo.
Tras este acto, el aceite se desbordó y no sólo en los stands. La organización adecuó una cocina en un escenario para que los asistentes vieran cómo el aceite es el ingrediente básico de cualquier despensa. De ello se encargaron ayer los alumnos de la escuela de hostelería de Torrepavas, de La Rinconada, que tuvieron como regalo de fin de curso preparar dos platos ante un público que no sólo los vería cocinar, sino que probarían sus croquetas de salmorejo y una ensalada con boquerones en vinagre, tomate, vino y, como no, aceite de oliva virgen extra.
Además, Oleum 2008 inculcará hábitos saludables con desayunos molineros para niños, albergará conciertos relacionados con el olivo, organizará charlas y catas de aceite y hasta acogerá un congreso sobre oleoturismo.