La Diputación de Sevilla, tras casi dejar resuelta su salida definitiva del Palacio de Congresos (Fibes), prepara el camino para abandonar el Teatro de la Maestranza. No se trata de una marcha precipitada, ya que se anunció hace más de dos años. Pero la decisión está tomada: se cerrará el grifo económico al gran escenario capitalino para poder invertir en los pueblos. Los tiempos son importantes: habrá partida para 2014 de hecho, está incluido en los presupuestos que se aprobarán de manera definitiva a finales de mes, pero no está ni mucho menos garantizada la aportación de cara al año 2015. La Diputación lleva años avisando de sus intenciones. Mientras tanto, ha abonado su aportación en tiempo y forma y ha sido la primera en pagar. Nadie nos puede echar ahora en cara que demos un paso atrás y nos dediquemos a lo que consideramos nuestra obligación, que es atender los espacios escénicos de la provincia, ha manifestado el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos. Un argumento que se ha trasladado en varias reuniones celebrada el último año con los gestores del Maestranza, con los que no sólo se ha estudiado la fórmula de abandonar esas partidas, sino también se han preocupado de ver si el teatro dispone de fuentes de financiación suficientes para que la salida de la Diputación no lo conduzca hacia una encrucijada. Tras las consultas, la institución provincial ha dado el paso al frente. Villalobos anunció que, de momento, respetará su aportación en 2014, cuantificada en 450.000 euros, pero no más. Esto se ha acabado, bastante ha puesto la Diputación, remarcó, dejando entrever que la única vía por la que mantendría la inversión en 2015 sería que hubiera una mejora sustancial de la situación económica. Con ello se da el último paso de una hoja de ruta trazada por la Diputación que arrancó en 2011 y que pasa por la reducción progresiva del dinero destinado al espacio escénico. En aquel año, la Diputación aportó la cantidad de 1,6 millones de euros, mientras los demás socios, como el Ayuntamiento o el Estado, optaban por disminuir sus partidas. Tal recorte llevó a variar los porcentajes de participación de cada administración, de manera que la Diputación asumía más peso que el 15% que le corresponde por ley. Fue a partir de ahí cuando empezó a cerrar el grifo al Teatro de la Maestranza. Ya en 2012, la aportación quedó reducida a un millón un 40% menos, mientras que en los presupuestos de 2013, se ejecutó un nuevo tajo a las cuentas: sólo 450.000 euros, con una rebaja a la mitad que la institución provincial justificó en que aplicaba la misma vara de medir que el Estado, que redujo su aportación de 2,1 millones a un millón. Esta última cantidad se mantendrá en 2014, al igual que ha obrado, por ejemplo, el propio Ayuntamiento. Tras la marcha más que anunciada del Teatro de la Maestranza está la intención de dedicar el dinero a los pueblos. La Diputación no oculta que los ayuntamientos le están exigiendo más inversiones. Esa demanda se sobreentiende en el discurso de Villalobos, que aunque comprende que el Maestranza es el Maestranza, alega: Me exigen que invierta en teatros como los de Alcalá de Guadaíra, Las Cabezas de San Juan o Carmona, que son grandes espacios escénicos. Y yo me pregunto, ¿por qué una ópera o una zarzuela no puede ir a un pueblo?, añade Villalobos. Es más, el proyecto de presupuestos para el próximo año recoge un repunte de las inversiones en promoción cultural en la provincia que arroja un montante total de 4,6 millones de euros. Aunque la Diputación no está por la labor de mantener esa asignación del 15% del presupuesto anual del Teatro del Maestranza, su actitud no es la de dar el portazo. Villalobos incluso deja una puerta entreabierta para que, en vez de esas partidas, se busquen otras líneas de colaboración. Entre ellas, la posibilidad de coorganizar espectáculos para que acudan los vecinos de la provincia y que la propia Diputación se encargue de sufragar esta actuación y el desplazamiento en autobús para que la gente de los pueblos vea lo que es un teatro de la categoría del Maestranza. No obstante, sólo es un planteamiento más para amortiguar la renuncia de la Diputación, que se va desprendiendo de todos sus activos en la capital. El primero en la parrilla de salida es Fibes. La semana pasada, de hecho, se pactó un principio de acuerdo entre el Ayuntamiento de Sevilla y la Diputación para saldar la deuda del Palacio de Congresos y la sociedad, después de un desencuentro sobre las cantidades que debía aportar cada una de las administraciones. A la institución provincial no le salían las cuentas y pidió aclaraciones sobre algunas partidas, como los 2,3 millones de déficit generado durante la etapa con el PP al frente que se negaba a abonar. Al final, ese desencuentro se solventó en una reunión celebrada el pasado jueves y se espera que la salida de la Diputación de Fibes se oficialice antes de fin de año.