La Diputación de Sevilla proporcionará, una vez más, un balón de oxígeno a los ayuntamientos, despues de que varios hayan puesto el grito en el cielo porque ya acumulan retrasos en las nóminas o no podrán afrontarla a partir de septiembre. La salida será, a priori, usando la misma fórmula que hace un año: la Diputación hará de prestamista sin cobrar interes para que los consistorios puedan abonar las nóminas.
El presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, esbozó, en una entrevista concedida a Europa Press, que la medida será “muy parecida”, por lo tanto, al Fondo Extraordinario de Anticipos Reintegrables de Tesorería, que sirvió para que una treintena de consistorios pagaran el sueldo del último trimestre del año y con la ventaja de que pueden devolver el dinero en un plazo máximo de 66 meses.
“Estamos estudiando en qué situación se encuentran los pueblos de la provincia en cuanto a lo que ya han solicitado como anticipo al Opaef, al porcentaje de la Participación de Ingresos del Estado (PIE) o de la Junta de Andalucía, para obtener una relación de municipios en situación complicada”, detalló. A partir de ese listado “de entre 20 y 40 municipios, si hay remanente y las cuentas salen”, la Diputación asumiría “una medida parecida” al fondo extraordinario. Aquella medida fue de 12 millones y benefició a 27 consistorios, entre los que se incluían varios de los que se quejan de su situación actual, como Carrión de los Céspedes, Montellano, Los Palacios y Villafranca o Palomares del Río.
Villalobos reconoció las dificultades financieras que sufren muchos consistorios y, a tal efecto, ha aconsejado “austeridad sin reparos” a los alcaldes, que se han visto forzados desde la suspensión de la feria –como Bollullos de la Mitación, Almensilla, Aznalcóllar o Gelves– hasta arrastrar una losa económica que le ata de pies y manos en el pago a la plantilla o a proveedores, como Palomares del Río, Morón de la Frontera, Los Palacios o Carrión.
Dado el caso, Villalobos volvió a mostrar ciertos recelos por las alarmas disparadas por algunos alcaldes que se han estrenado en el cargo y que ahora lamentan la situación de las arcas municipales, que tachan de “insostenible”. “Un alcalde, cuando recibe la vara de mando, es una responsabilidad la que cae sobre sus espaldas”, explicó, a la vez que indicó que “es normal heredar deudas con proveedores, como ellos mismos la dejarán a quienes les sucedan”.
Villalobos reconoció que “lógicamente, a esos alcaldes el agua les llega hasta el cuello”, pero también puso de relieve que a sus antecesores “también” les asfixiaban las deudas. De cualquier modo, recomendó a todos ellos, “austeridad sin reparos” para afrontar el durísimo escenario de crisis, además de “echar mano de las perchas que otras administraciones ofrezcan” en materia de líneas de crédito o subvenciones.
Ante ese posible fondo, el PP pidió que su aplicación sea a través de criterios de “objetividad”, “transparencia” y “prelación de las actuaciones”. El portavoz del PP en la Diputación, Eloy Carmona, indicó que el plan supone “una auténtica serpiente del verano” y “un ejercicio, una vez más, de palabrería”, dada la inconcreción que existe en la propuesta de Villalobos, consistente en “mucha palabra y muy poca consistencia”.
