La crisis, como no podía ser de otra forma, protagonizó ayer el pleno de constitución de la nueva Corporación provincial que surge tras los resultados de las elecciones municipales del 22 de mayo. De nuevo con mayoría absoluta del PSOE en la Diputación de Sevilla, pero con un escenario completamente distinto del que existía hace cuatro años. Tras la jura o promesa de cada uno de los diputados y la votación, en la que Fernando Rodríguez Villalobos fue reelegido como presidente provincial, fue éste quien en unas breves palabras antes de que cada portavoz iniciara su alocución, agradeció a la sociedad civil que han vuelto a elegir "en clave de progreso" y recordó a los que han pasado por la Diputación, con un recuerdo muy especial para Juan Escámez y Marcos Agüera.
Ya en su discurso, el mandatario provincial reconoció que "en 30 años de democracia, nunca antes nos enfrentamos a una situación así. Hubo escollos, parones, pasos lentos, pero nunca un desafío como éste".
Para superar los nuevos retos, Rodríguez Villalobos apostó por el ingenio, la valentía y al empuje, y rompió "una lanza a favor de las políticas sociales": "La Diputación de Sevilla debe erigirse como institución de referencia en los programas de progreso y defensa de los valores sociales".
Villalobos hizo referencia al nuevo organigrama de la Diputación, la primera que se adaptará a la Ley de Autonomía Local (Laula), organizada en cuatro ejes y con atención preferente a los municipios de menor población, y destacó la "austeridad a la hora de articular el gasto", como forma de hacer política local, junto a la "cohesión territorial y social, el empleo, el desarrollo local y la sostenibilidad, y la asistencia territorial municipal".
Así, recordó como medidas de austeridad, que entre 2008 y 2011 se ha llevado a cabo "la congelación de la retribuciones de los diputados y de todo el personal eventual", a lo que sumó lo ahorrado "en desplazamientos, protocolo, publicidad o telefonía. Son hechos no palabras", destacó.
Y anunció algunas de las medidas que la Diputación va a llevar a cabo en este mandato: "vamos a suprimir asesores especiales y una vicepresidencia". Asimismo, señaló que "los diputados y diputadas no dispondrán de coches oficiales".
Sobre el debate Diputación sí, Diputación no, el presidente de la institución supramunicipal afirmó que "estamos ante un debate desenfocado y hueco en la búsqueda desesperada de recortes que complazcan a los mercados", y resaltó que "los municipios necesitan recibir una serie de servicios que, hoy por hoy, sólo se los aportan las diputaciones". Y afirmó: "Lo que no podemos es dejar en la cuneta a los ayuntamientos".
En este sentido, afirmó que la Laula señala el camino que deben seguir las diputaciones, que incluye "redoblar esfuerzos" para hallar "nuevos yacimientos de empleo", y apuntó sectores como las energías renovables, aeronáutica, agroalimentación, cultura y los servicios de atención diaria, para los que es necesaria una formación específica. Por último, destacó que el objetivo básico es "dar servicio a los ayuntamientos, adaptándonos a sus necesidades y demandas", así como "el equilibrio territorial, en la equiparación de zonas rurales y urbanas. Que no haya sevillanos de primera y de segunda".
Antes de él, los portavoces de los cuatro grupos políticos presentes en la Diputación: Manuel Domínguez (PSOE), Eloy Carmona (PP), Manuel Rodríguez (IU) y Alberto Mercado (PA) apostaron en sus discursos por el consenso y el diálogo permanente en beneficio de los ciudadanos y ciudadanas de la provincia. Entre sus propuestas, Arias pidió tres compromisos: "de regeneración y cercanía", con los ayuntamientos y la provincia, y con el empleo. Por su parte, Rodríguez, pidió la puesta en marcha de un plan especial para sanear las arcas municipales. Mercado apostó por el turismo, la modernización de la agricultura y el apoyo a los empresarios. Y Domínguez pidió la "complicidad de la oposición" en asuntos clave para el desarrollo de los municipios.
