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La doble moral ciudadana

Andalucía es la única comunidad que ofrece dinero a las alumnas de FP que se matriculan en ciclos formativos que socialmente son percibidos como masculinos y hace lo mismo en la dirección contraria. Es una de las estrategias para desmontar los estereotipos de género desde la escuela. Foto: Javier Cuesta

el 15 sep 2009 / 04:10 h.

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Andalucía es la única comunidad que ofrece dinero a las alumnas de FP que se matriculan en ciclos formativos que socialmente son percibidos como trabajos masculinos (mecánica, soldadura...) Y hace lo mismo en la dirección contraria: los alumnos que se apuntan a un curso de estética o de peluquería, que seguramente se encontrarán rodeados de niñas en el aula, obtienen un incentivo de 200 euros, la mitad al entrar, la otra mitad al acabar. Es una de las estrategias con las que el Gobierno andaluz empezó, hace ya dos años, a desmontar los estereotipos de género desde la escuela.

La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que acaba de eliminar las referencias a la diversidad sexual del temario de Educación para la Ciudadanía (EpC) viene a desbaratar esa "perspectiva de género" que ha elegido el Gobierno andaluz "para proyectar, desde las aulas, una sociedad más igualitaria". Los magistrados prefieren calificarlo "ideología de género", con la misma expresión que ha acuñado la Conferencia Episcopal y el PP para denunciar que el Gobierno "adoctrina" a sus hijos y "vulnera su libertad ideológica y religiosa".

Pero, los jueces han borrado la palabra "género" más por lo que implica que por lo que es. No están en contra de que se hable de la violencia de género porque, dentro del mismo temario de Ciudadanía, se aborda este tema como un problema social, y los padres recurrentes no han exigido que se elimine la palabra género en ese contexto. En cambio, sí han subrayado en rojo la expresión educar en el "rechazo a la discriminación por razón de género". Esa idea ha resultado ser inaceptable para los padres, y para los jueces que la han extirpado del temario.

¿Cuál es la diferencia de la palabra género en estas dos ideas? Según la sentencia, es "un hecho indubitable" que el sexo de una persona predetermina lo que es y lo que hace, mientras que del concepto "género" se desprende que no existen cosas de hombres y cosas de mujeres. Los padres, los obispos y los magistrados que firman el fallo no admiten que se eduque en la presunción de que el sexo biológico con el que nacemos no tiene por qué determinar lo que vamos a ser. Mientras que todos los estudios de género se basan en la idea de que lo que define a las personas es lo que hacen, lo que eligen -incluso su opción sexual- y no lo que son.

Peluqueros y mecánicas. Si la Consejería de Educación no creyera que existe la "discriminación por razón de género" no animaría a las alumna a saltarse la valla de los prejuicios sociales y pasarse a estudiar algo de chicos. Porque lo cierto es que los ciclos formativos de FP que más salidas tienen en el mercado laboral son los que se consideran "masculinos" y las aulas están llenas de chavales. En Electromecánica de vehículos, por ejemplo, que tiene un índice de inserción laboral del 95%, hay unos 2.000 alumnos matriculados, y menos de 30 alumnas. En Estética Personal Decorativa hay casi mil chicas y menos de 30 chicos.

Aún así, "los estereotipos siguen funcionando a favor del hombre, porque cuando ellos eligen una profesión de carácter femenino, como cocineros o peluqueros, adquieren más relevancia social que las mujeres", explican fuentes de la consejería. Las chicas rinden más, obtienen mejores notas, pero terminan eligiendo estudios donde no hay demasiadas expectativas profesionales.

Dos sociedades. Es evidente que no todo el mundo comparte esta perspectiva de género. Hay dos formas de entender la sociedad, difícilmente conciliables, que son las que comprimen el debate en torno a Ciudadanía. La ley de educación, la estatal y la autonómica, ha diseñado el esquema de una escuela que sirva para transmitir una educación que valora indistintamente la experiencia y la aportación social y cultural de las mujeres y los hombres, que no estereotipa actitudes ni aptitudes y que respeta la diferencia sexual sin silenciarla ni jerarquizarla. Y eso no es algo exclusivo del temario de EpC.

La perspectiva de género atraviesa de forma tangencial casi todas las leyes de carácter social que ha aprobado el Ejecutivo. Se aboga por trabajar en la igualdad y la diferencia, por romper y superar los estereotipos y roles adjudicados a los dos sexos, por superar el sexismo en el uso del lenguaje, el androcentrismo de los contenidos curriculares de todas las asignaturas y áreas del conocimiento -el Gobierno propuso en diciembre revisar los contenidos de los libros de texto para "eliminar los estereotipos sexistas y fomentar la igualdad entre hombres y mujeres"-, por profundizar en la educación afectivosexual, y prevenir la violencia de género.

Lo que el TSJA ha tachado del temario de EpC tiene que ver justo con el cuerpo central de las políticas de igualdad del Gobierno. Es un puntapié al talón de Aquiles del modelo educativo andaluz. Por eso resultó pretendidamente ilusa la valoración que la Junta hizo de la sentencia ("sólo han quitado tres frases").

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