Armando, justo después de recibir un botellazo en Heliópolis. /Ramón Navarro Los aficionados de Sevilla y Betis se siguen preguntando por qué los únicos estadios que se cierran en este país son los de la capital andaluza. Un día después de que el Comité de Competición haya sancionado con 600 euros al Atlético de Madrid por un mecherazo que recibió el jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo, el fútbol sevillano se pregunta por qué este órgano se cebó siempre que pudo con los equipo sevillanos mientras que hechos similares en otros estadios no han tenido el mismo castigo. Durante los últimos años, el Sevilla Fútbol Club ha visto cómo han cerrado su estadio hasta en cuatro ocasiones por incidentes, hay que reconocer, graves. En la temporada 1999-2000 durante el derbi Sevilla-Betis que se jugó en Nervión en 12 de octubre de 1999 (3-0) el jugador verdiblanco Benjamín recogió del terreno de juego un cuchillo que alguien había lanzado desde la grada, y el Comité de Competición decretó el cierre por un partido del Sánchez-Pizjuán. Días más tarde, la sanción fue ratificada por el comité de Apelación. En la temporada siguiente, el Sevilla FC también tuvo que ver cómo su estadio recibía otra dura sanción después de que en el primer partido de Liga, jugado ante la Real Sociedad el 22 de agosto (2-2) el juez de línea Vicente Egido recibiera un botellazo de la grada durante el partido. Por este motivo, los sevillistas tuvieron que jugar un partido de Copa del Rey ante Osasuna en la ciudad de Córdoba. Pero esta campaña, en la que el Sevilla que entrenaba Marcos Alonso terminaría descendiendo a Segunda división, también ocurrieron más incidentes en el estadio de Nervión. La afición no pudo soportar que Mejuto González anulara dos goles a los sevillistas cuando perdía en casa 1-2 ante el Deportivo de la Coruña (terminó finalmente 1-3). Era tal la crispación que una parte de la afición pidió a los jugadores que abandonaran el terreno de juego. Al término del mismo, un grupo de aficionados invadió la zona mixta y el estadio fue de nuevo sancionado con un partido que el Sevilla cumplió jugando ante el Rayo en Almendralejo. El último cierre fue de dos partidos, que se jugaron en Jerez y Cádiz ante Málaga y Mallorca, respectivamente, después de que un aficionado agrediera brutalmente con una muleta a un vigilante en el derbi de la 2002-2003. Sanciones al Betis. Al igual que su vecino, el equipo de Heliópolis también ha tenido que sufrir varios cierres de su estadio después de que ocurrieran incidentes. En la 2002/03 el Betis tuvo que jugar dos partidos fuera de su estadio debido a que en el derbi de la campaña anterior se lanzaron varios cohetes a la grada donde se ubicaba la afición sevillista. La afición bética tuvo que peregrinar al Colombino, donde ganó 3-0 al Barcelona, y al Vicente Calderón para jugar un encuentro ante el Mallorca que terminó 0-1. Pero ahí no terminan las sanciones para el Betis. En la 06/07, el botellazo a Juande Ramos en un partido de Copa provocó que lo que restaba de partido se jugará a puerta cerrada en Getafe y que el equipo tuviera que disputar tres encuentros fuera de su estadio. El recinto elegido fue la Cartuja, donde el Betis jugó ante Villarreal (3-3), Real Sociedad (0-1) y Getafe (0-2). A pesar de este castigo, un nuevo botellazo en la temporada siguiente, en este caso al portero del Athletic Club Armando, también causó una dura sanción a los intereses del club verdiblanco. La más dura de todas fue, para empezar, que el partido se diera por finalizado en el momento del botellazo. El equipo vasco ganaba entonces por 1-2 y debido a esta decisión de los despachos se llevó los tres puntos sin terminar de jugar los noventa minutos. El comité también decidió sancionar en un principio con dos partidos de cierre el estadio de Heliópolis aunque finalmente quedó en uno. Este encuentro, que finalmente selló la salvación del equipo, se jugó en la Cartuja ante el Real Valladolid y terminó 1-1. El motivo para rebajar la sanción fue porque los aficionados del Betis colaboraron rápidamente para lograr la detención del autor de los hechos. El agresor fue condenado a dos años de cárcel, multa de 2.160 euros y el pago de una indemnización de 4.000 euros. Y este punto, es uno (más)de los que indigna al aficionado sevillano después de el Atlético de Madrid sólo reciba una sanción de 600 euros por el mecherazo a Cristiano Ronaldo. Sí es cierto que el jugador pudo continuar el partido (algo que no ocurrió con Armando) pero el impacto en su cabeza fue igualmente de un objetivo lanzado desde la grada. Y en este caso, la afición del club colchonero no colaboró demasiado con el autor del lanzamiento, que de momento no ha podido ser identificado por la Policía. Otro caso ocurrido en el Calderón fue el triste episodio de la botella de whisky (de cristal) que lanzaron al portero sevillista Andrés Palop sin que llegara a impactar en él al tiempo que también caían todo tipo de objetos desde la grada. Aquel choque, que ganó el Sevilla 0-1 con gol de Puerta, supuso para el Atlético de Madrid una sanción de 3.000 y un apercibimiento de cierre. nada más. Y el aficionado al fútbol, tampoco termina de entender nunca se cerró el estadio de Barcelona después de que en la temporada 2002/03 lanzaron a Figo una botella de whisky y la cabeza de un cochinillo. La sanción de dos partidos nunca llegó a ejecutarse a pesar de que el club era reincidente. En 1997, un mechero lanzado desde la grada del Nou Camp había provocado una brecha a Roberto Carlos.