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La duda se hace endémica en el Sevilla de Emery

Mientras aumenta la desconfianza en el entrenador, en el entorno sevillista incluso se cuestiona ya al plantel. Este domingo ante Osasuna, una nueva reválida.

el 26 oct 2013 / 00:03 h.

emeryEl Sevilla regresó ayer de la República Checa con las mismas dudas que se llevó en la maleta en el viaje de ida. El empate in extremis ante el Slovan Liberec salvó el liderato del grupo en la Liga Europa pero no ayudó, sino más bien lo contrario, a rebajar la presión que rodea la vida diaria del entrenador, Unai Emery. Constatable es que, salvo que el equipo entre en barrena, José María del Nido está dispuesto a mantener su fe en el prepador vasco. Y se trata, literalmente de fe, porque internamente en el club se vienen cuestionando muchas de sus decisiones o su falta de ellas, tanto en la disposición táctica del equipo, como en la gestión de los partidos. Lo cierto es que, 35 millones de euros de inversión en futbolistas después, el Sevilla FC no sólo no ha dado pasos hacia adelante respecto a la temporada pasada, sino que ha dado, incluso, alguno hacia atrás. A la altura de la jornada 9 de la 2012-2013, el equipo nervionense tenía en su casillero 14 puntos y era séptimo a solo tres de la cuarta plaza. Un año después es undécimo con cuatro puntos menos, a seis de plaza europea y a siete del recién ascendido Villarreal, que es cuarto. Sólo ha ganado dos partidos, el último in extremis en casa ante el Almería, y sigue sin ganar, más de un año después, un encuentro a domicilio. En la competición europea, donde claramente el nivel es inferior a la liga española, es líder del grupo H con dos victorias y un empate en tres jornadas, pero esa excelente trayectoria no oculta, en el análisis de los partidos, que pese a la diferencia de calidad que tiene respecto a los rivales, no ha ofrecido la autoridad que se le debe exigir por su potencial. Son doce partidos sin que el Sevilla que tanta expectación levantó con sus fichajes haya dado indicios de estar en el camino correcto hacia la concreción de una idea de juego que no se atisba. Es cierto que, después de 13 fichajes y otras tantas salidas, de revolucionar por completo el plantel, no iba a ser fácil que el equipo cuajara pronto, pero tampoco que se situara a tres puntos del descenso en la novena jornada y que esté tan lejos de ser un equipo equilibrado. Mientras el Sevilla de Emery es, con 15 goles anotados, el cuarto más realizador de la tabla (empatado con Villarreal y Athletic Club), también es el tercero que más goles encaja (16), solo por detrás de Rayo (21) y Almería (20), que es colista. Luego, en la disposición táctica, la experiencia demuestra que los partidos donde más sólido se muestra el Sevilla es con el doble pivote defensivo en el centro del campo, con Rakitic en la mediapunta, pero Emery sigue convencido de que el croata debe ser el manijero en el centro, pese a que el equipo pierde consistencia defensiva con un solo escolta. La falta de definición sobre la posición de Rakitic no es la única, porque uno de los fichajes estrella, Marko Marin, ha acabado siendo más un problema que una bendición, porque acaba por aportar más taras por su escaso bagaje defensivo que soluciones en un sistema con demasiados jugadores que defienden poco y mal. En el Sevilla tampoco hay un equipo base definido, un núcleo principal. Salvo Beto, Alberto Moreno, Rakitic y quizás Vitolo, los demás van entrando y saliendo, y aunque las lesiones han condicionado sus esquemas, lo cierto es que el equipo titular con los mejores jugadores posibles no ha coincidido prácticamente nunca. Y toda esa indefinición y la falta de resultados acaba por crear opiniones en el entorno sevillista que no sólo apuntan a Emery, sino que empiezan a cuestionar la propia capacidad de esta plantilla.

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