La economía española se hundió un 4% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo de 2008 pero, en comparación con los primeros tres meses del ejercicio, el ritmo de caída fue "más contenido", con un descenso del 0,9%, según el último Boletín Económico del Banco de España.
Para el supervisor, aunque aún persiste la tendencia a la baja de la economía, el ritmo de caída del Producto Interior Bruto (PIB) es más "contenido" y, en concreto, apunta a una cierta ralentización del descenso de la actividad y del ajuste del mercado laboral.
Si la Contabilidad Nacional, que se conocerá el próximo 27 de agosto, confirma estos datos, se tratará de la cuarta caída del PIB en tasa intertrimestral, después de hacerlo el 0,2% en el tercer trimestre de 2008, el 1% en el cuarto y el 1,9% en el primero de este año, y del tercer descenso en tasa interanual (es decir, en los últimos doce meses) tras el 0,7% y el 3% de los dos trimestres anteriores.
La moderación de la caída se produce en un entorno caracterizado por "cierta normalización" de los mercados financieros y unas condiciones externas "menos severas". Esta situación ha permitido detener las continuas revisiones a la baja en las previsiones de la economía mundial, aunque, advierte el organismo regulador, no ha cambiado el diagnóstico sobre la duración de la recesión, que se prevé muy prolongada y con una salida muy gradual.
Así, la economía española continuó contrayéndose como consecuencia de la caída de la demanda nacional -tanto del consumo como de la inversión-, que descendió el 6% entre abril y junio.
Para contrarrestar la caída, el sector exterior aumentó ligeramente su contribución al PIB, hasta 2,4 puntos, debido al descenso de las exportaciones -por la debilidad del comercio mundial y de las importaciones- en consonancia con la caída de consumo y de la inversión.
Dentro de la demanda, el consumo de los hogares siguió cayendo como consecuencia del "notable" deterioro del empleo, que se redujo el 6,8% en el último año mermando las rentas salariales de las familias. No obstante, el Banco de España destaca que el deterioro del mercado laboral se va ralentizando con caídas cada vez menos pronunciadas.
Además, las menores rentas familiares se vieron compensadas por los menores pagos de impuestos y las mayores prestaciones sociales recibidas, así como por la recuperación de los índices bursátiles que incrementaron la riqueza financiera. De esta forma, el supervisor espera un aumento de la tasa de ahorro de los hogares, después de que éste haya subido hasta el 14,1% de la renta disponible en el primer trimestre.
Frente a ese retroceso, las Administraciones Públicas incrementaron de forma notable el gasto hasta junio, mientras la recaudación tributaria siguió cayendo, lo que llevó al Gobierno a elevar el déficit público. Al respecto, el Banco de España advirtió al Ejecutivo de que volver a la senda de la estabilidad exige "una ejecución presupuestaria muy estricta y la adopción de medidas ambiciosas".
La inversión también continuó en descenso. En equipos intensificó su retroceso, mientras en construcción moderó el ritmo de caída pese a mantener tasas muy negativas, al tiempo que la actividad en construcción registró una bajada algo menor frente a la de servicios.
