Un retrato de la sociedad de la postguerra fue La Colmena, de Cela, donde poetas hambrientos pedían bicarbonato en el Café presumiendo de haber comido; el de cierta sociedad sevillana presuntuosa lo componen los padres que han pedido que se suba la ratio en los colegios concertados para que sus hijos entren. Aquellos aparentaban bienestar sin tenerlo; éstos presumir de educación "en un colegio de pago" que no es tal porque, en realidad, los colegios concertados son públicos mientras dura la concertación. Y eso es lo que no permite que la Consejería pueda hacer caso a su demanda sin traicionar a la mayoría de sevillanos y andaluces que han votado una propuesta de enseñanza frente a otras.
No es la opinión de esos padres, por muchas firmas que recojan, la que puede cambiar la norma sino los electores que han preferido la opción educativa del PSOE-A y ha votado para que se cumpla, no para que se altere. Padres y madres son libres de llevar a sus hijos, pagándolo, a un centro privado, pero la Junta no lo es para cambiar su programa: se debe a la voluntad de la ciudadanía. Sin contar siquiera con la oposición de los sindicatos -a mayor ratio, menos profesores- deben oponerse cuantos consideren que la verdadera herencia no es la de un piso o una tierra sino la de una sociedad culta y educada. Son ellos los que ahora deben decir: "no en mi nombre", "no con mi dinero".
Antonio Zoido es escritor e historiador