El anuncio de que Alfredo Sánchez Monteseirín no será el candidato en 2011 puede precipitar los acontecimientos. El PSOE revisará los plazos inicialmente planteados y Sevilla se incorporará así, como excepción, en el grupo de ciudades en las que no se gobierna, cuyos cabezas de lista deben resolverse, en caso de que la dirección federal así lo apruebe, justo después de la presidencia europea de España, a partir del 1 de julio.
El próximo congreso regional del PSOE-A marcará en cualquier caso un punto de inflexión, puesto que ahí se definirán relevos en la estructura orgánica e institucional del Gobierno de la Junta que pueden marcar el debate sucesorio de Plaza Nueva. Este adelantamiento incrementará uno de los elementos que el partido quería evitar: un desgaste del nuevo rostro del PSOE en sus primeros meses como cabeza de lista como consecuencia de los problemas de gestión en determinados proyectos y sobre todo de los asuntos aún pendientes de sentencia en los juzgados.
El acuerdo no será fácil. En primer lugar, hay que definir los tiempos. La dirección provincial del PSOE insiste en que el alcalde debe agotar el mandato. Es lo que le ha solicitado el partido, pero en el nuevo escenario provocaría más de un año con un regidor presionado por la oposición que ya ha anunciado su intención de dejar el Consistorio, en plena crisis económica y en un complejo año preelectoral. De ahí que siempre esté presente una posible salida del alcalde y un relevo interno. Este planteamiento podría ser apoyado por su entorno, que a su vez controla siete de las once agrupaciones de la capital, aunque difícilmente se activaría este frente en contra de los criterios del nuevo secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta, José Antonio Griñán.
El entorno del alcalde considera a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis como “el relevo natural”. Él controla siete de las agrupaciones locales y el sector crítico, además de tener buenas relaciones con José Antonio Griñán. Pero cuenta en su contra con el rechazo del PSOE provincial y de buena parte del sector vierista de la Corporación municipal, que llegó hace poco más de un año a suscribir un documento abogando por su relevo como portavoz socialista.
El planteamiento de la dirección provincial es el de un rostro nuevo, un relevo externo que se apoye en la marca del partido, un PSOE que no ha bajado excesivamente ni en la provincia ni en la capital en los últimos sondeos, que por contra sí confirman el desgaste de la figura de Sánchez Monteseirín. La solución no puede partir de donde está el problema, subrayan una y otra vez desde el sector afín a José Antonio Viera.
Se trata así de asumir un mensaje similar al aplicado en la dirección regional: ofrecer un cambio a la ciudadanía pero desde el propio partido y dar así un impulso al electorado y a las bases del partido.
Hay nombres encima de la mesa, y otros pueden aparecer tras el próximo congreso. El partido busca un rostro conocido, y ahí pueden encajar nombres como el consejero de Vivienda, Juan Espadas. De hecho, el propio Griñán ha planteado esta semana la posibilidad de que haya miembros del Gobierno autonómico que entren a formar parte de las candidaturas a las municipales de 2011. Incluso siguen encima de la mesa opciones como el propio secretario general José Antonio Viera, quien ya intentó entrar en la Corporación municipal en 2007 cuando ocupó el número dos en la lista electoral, puesto que luego abandonó por sus discrepancias con el alcalde de Sevilla y por el reparto de delegaciones del Gobierno local decidido por Monteseirín. En su contra juega sin embargo la dificultad de lanzar una candidatura externa al Ayuntamiento que cuente con el rechazo de las agrupaciones locales y de todo el entorno del que ha sido durante más de una década alcalde de la ciudad.
La última palabra, como ha ocurrido en el futuro del propio Sánchez Monteseirín, será la del presidente de la Junta, José Antonio Griñán. En la situación actual del partido, no habrá voces contrarias a las decisiones que adopte, y ya ha demostrado que él quiere marcar las formas y los tiempos en los debates del PSOE-A. Aunque, eso sí, han sido él mismo y el propio José Antonio Viera en las declaraciones realizadas ayer quienes han subrayado que el alcalde debe ser escuchado a la hora de elegir a su sucesor, y eso supone también oír a Celis y a las agrupaciones locales.
