La segunda jornada del debate sobre el estado de la nación no ha sido como en años anteriores una continuidad del duro enfrentamiento del primer día entre el presidente del Gobierno y los grupos de la oposición. Ayer, los rifirrafes dieron paso a las despedidas. Y es que se trata del último debate de este tipo que va a protagonizar José Luis Rodríguez Zapatero, por lo que todos los portavoces acabaron sus intervenciones despidiéndose de él y deseándole suerte, al margen de las discrepancias políticas. La excepción, Rosa Díez, antigua compañera del presidente en el PSOE y actual líder de UPyD.
El portavoz parlamentario socialista, José Antonio Alonso, defendió en el debate el legado de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y le dedicó unas palabras de despedida, proclamando que el PSOE está "orgulloso de su liderazgo" y calificándole de "excelente gobernante, progresista y responsable".
"Estamos orgullosos de su liderazgo todos estos años y seguiremos estándolo hasta el final", manifestó Alonso, destacando de Zapatero su carácter "demócrata", porque "ha gobernado escuchando", y elogiando su trayectoria como gobernante.
La respuesta del presidente fue proclamar su "gratitud" al PSOE: "Al grupo socialista, dos palabras nada más: gratitud y orgullo, mucho orgullo de vosotros", les dijo. También tuvo palabras personales para su amigo Alonso, recuperado después de una fuerte cefalea que le llevó al hospital el 10 de junio: "La mayor satisfacción personal de este debate es que el portavoz haya sido José Antonio Alonso".
Antes, la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, no quiso abandonar la tribuna de oradores sin una referencia personal a los siete años de trabajo compartidos con el presidente del Gobierno y destacó su entrega y "factor humano" en el verano de 2006 cuando Canarias vivió una grave crisis humanitaria con la llegada de inmigrantes. Además, recordó otros momentos difíciles y sus conversaciones sobre la familia, ya que ambos tienen hijas de similar edad. "Nosotros nos perdimos muchas cosas de la vida de nuestros hijos, pero ahora quedan un montón de momentos. Se lo merece a nivel humano y personal. Usted no es infalible, pero puede mirar a los ojos a los españoles y también a los canarios", reconoció.
Más dura fue la diputada de UPyD, Rosa Díez, que acusó al presidente de ser "el principal responsable" de la vuelta a las instituciones vascas y navarras de "los testaferros de ETA" y citando una carta de Rubén Múgica, hijo de Fernando Múgica, asesinado por ETA, le ha advertido de que "no habrá días en el calendario para perdonar lo que ha hecho". "Nos deja usted el país en situación de emergencia", dijo.
El portavoz del BNG en el Congreso, Francisco Jorquera, censuró las "reformas antisociales" del Gobierno y exigió que busque "otros caminos" contra la crisis.
El diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Carlos Salvador, reclamó la búsqueda de espacios de consenso, colaboración y unidad que están aún "sin explorar" para poder abordar las reformas pendientes.
Terminado el debate, tras casi diez horas de sesión plenaria a lo largo de dos jornadas, Zapatero expresó a los periodistas su "grandísimo respeto a la democracia y a todos los grupos parlamentarios", si bien negó que su discurso en este último debate sobre el estado de la nación fuera una despedida.
"La verdad es que por la mañana (del martes) hice un discurso que no era una despedida, aunque sí había una despedida en el discurso -comentó-. Por la tarde cumplí con mi responsabilidad de defender la tarea del Gobierno y de tener el combate democrático con Mariano Rajoy, que nos conocemos bien y somos unos clásicos en estos debates".
A continuación, Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, abandonaron en el Congreso en su coche oficial. En el patio de la sede parlamentaria le despidieron con aplausos decenas de diputados del PSOE.