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La empresa bien entendida

Expertos en responsabilidad social corporativa analizan cómo la coyuntura económica ha modelado las prácticas empresariales en favor del bien común.

el 20 feb 2013 / 21:17 h.

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La importancia de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que cobra aún más valor en estos tiempos de crisis, fue ayer objeto de debate en la jornada organizada por El Correo durante la mañana de ayer. Esta manera que tienen las empresas de devolver a la sociedad buena parte de todo lo que reciben fue analizada y desarrollada por profesionales del sector que, desde sus diferentes puntos de vista y forma de desarrollar la RSC, enriquecieron y detallaron cómo se pueda aplicar esta buena práctica en la sociedad actual.

La jornada, celebrada en la sede de la Fundación Valentín de Madariaga, la abrió Antonio J. Valverde Asencio, delegado del Rector de la Universidad de Sevillla y profesor titular de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, que destacó que la responsabilidad social corporativa supone una visión relacionada "con la necesidad de atender requerimientos básicos" como preservar el medio ambiente o la atención de los derechos humanos de las personas "por parte de quien realmente ostenta una posición preeminente en la sociedad a nivel internacional, es decir, la empresa".

Ésta, además, lleva ligada de forma directa un carácter "voluntario y unilateral" de cada empresa y ha de conllevar una actuación "más allá del cumplimiento normativo". Ocurre que, debido a la actual coyuntura económica, la responsabilidad social corporativa presenta nuevos condicionantes, fundamentalmente dos: la primacía de lo económico y la rebaja legal de la protección social. Dos factores que probablemente han provocado una caída en la credibilidad de la responsabilidad civil corporativa, aunque Valverde quiso matizar que esta credibilidad no la ha perdido la RSC "sino las empresas que la han usado como herramienta de marketing".


Por su parte, Francisco Galván, jefe de Programas y Nuevos Proyectos de la Fundación Cajasol, incidió en que la responsabilidad social corporativa debe apoyarse en la plantilla de la empresas, y aquella debe "creérselo". En caso contrario "se caerá en el marketing". Entre las bondades de esta práctica empresarial, Galván destacó por encima de todas que es una excelente herramienta "para fidelizar a los empleados", ya que "aumenta la productividad, la confianza y la buena imagen de la marca", aseveró Galván.

La responsabilidad social corporativa también ha de entenderse como un campo para "las oportunidades, los nuevos retos y los desafíos", según apuntó durante su intervención Fernando Riaño, director corporativo de Alianzas, Sinergias y Responsabilidad Social Corporativa de la ONCE y su fundación. En esta organización, la RSC está encauzada a través de la Fundación ONCE para la cooperación e inclusión social de las personas con discapacidad y también a través del Grupo Fundosa, una organización que nació en 1989 para generar empleo de calidad para las personas con alguna discapacidad.


A través de estas organizaciones ha logrado dar empleo a más de 44.000 personas y siempre teniendo como premisa clave que "la responsabilidad social no está reñida con la responsabilidad económica". En Andalucía, concretamente, el grupo ONCE mantiene más de 24.000 empleos y el 70% de ellos presenta algún tipo de discapacidad. Riaño tampoco quiso olvidar que la responsabilidad social no debe entenderse tampoco como una práctica interna de la empresa sino que es necesario lanzarla hacia el exterior. De esta manera también se logrará aumentar la reputación y la imagen de la marca en la sociedad.

La responsabilidad social corporativa también está muy presenta en la compañía líder en el negocio de la distribución en España: Mercadona. Su directora de Comunicación en Andalucía, Carmen González, dejó bien patente que en esta firma que el cliente es el jefe -así lo llaman internamente- y que el modelo de negocio busca satisfacer cinco componentes (por este orden): jefe, trabajador, proveedor, sociedad y capital. En esta compañía, además, tuvieron que darle una vuelta de tuerca a la estrategia cuando en el año 2008 se plantó la crisis económica. Hubo que replantearse mucho la forma de vender muchos artículos para ajustar al máximo los costes y abaratar los precios. Por muy insignificante que parezca, un céntimo menos en un artículo logra un ahorro de millones de cien millones en la cadena de suministro. Mercadona también siente a los trabajadores como suyos porque invierte en formación continua (más de 31,3 millones de euros se destinaron en 2011), pueden promocionar internamente en la firma, reciben facilidades para conciliar la vida familiar y profesional y reciben además primas por los objetivos que cumple la compañía de distribución.

El cierre del turno de ponencias corrió a cargo de Manuel González Suárez, subdirector gerente de los hospitales universitarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío, quien desgranó cómo la responsabilidad civil es un valor añadido a la gestión empresarial que cobra más valor en esta época de crisis económica. Así, desde los hospitales públicos se incide continuamente en la sostenibilidad para disminuir los gastos en muchas partidas y en aumentar las posibles actuaciones para potenciar la responsabilidad social y su valor

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