Integrarse totalmente en el área metropolitana como una pequeña urbe, a caballo entre la gran ciudad y el pueblo, es la aspiración de Alcalá del Río, que ve en el crecimiento residencial e industrial la clave de su futuro desarrollo económico.
Queda recogido de este modo en su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que, sin embargo, se encuentra en revisión después de que un informe de incidencia territorial negativo de la Consejería de Obras Públicas frustrara las ambiciones de crecimiento residencial de esta población de la Vega, cifradas en 13.841 nuevas viviendas, lo que supondría que el número de habitantes se incrementaría en 38.000.
La idea de Alcalá del Río es beneficiarse de la proximidad con la capital hispalense en una comarca aún virgen del urbanismo salvaje a diferencia del Aljarafe, aprovechando las comunicaciones previstas, como la futura SE-40 y el acceso norte desde Sevilla, junto a la emergente La Rinconada, con quien compartirá un intercambiador de transportes.
Para ello, el documento plantea una previsión para cada uno de sus cuatro núcleos poblacionales, el casco urbano principal, San Ignacio del Viar, El Viar y Esquivel, bajo la premisa de que el nuevo suelo que se libere en un futuro en las pedanías tenga fundamentalmente un uso residencial e industrial, además de dotarlas de nuevos equipamientos. El mismo patrón se marca para el núcleo urbano principal, donde los usos previstos para los nuevos suelos liberados son en su mayoría de tipo residencial, excepto un sector localizado en el extremo noroeste para usos industriales.
En cualquier caso, estas previsiones han encontrado coto en los límites impuestos por el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA), lo que se ha traducido en el rechazo por parte de Obras Públicas a un PGOU muy por encima de los límites del 30% para incremento poblacional y el 40% de suelo urbanizado en ocho años. No obstante, al ser un pueblo de menos de 10.000 habitantes podrá acogerse a las excepciones del POTA que se estudian ahora.
Dentro de este dictamen negativo desde el citado departamento no se ve con buenos ojos el crecimiento "desmesurado" que se planea para San Ignacio del Viar, por ejemplo, al considerarlo "totalmente inadecuado al norte de una pedanía con un único acceso a través de una vía de la red secundaria".
Igualmente inadecuada se considera la localización del parque empresarial La Vega (con 100 hectáreas), que se proyecta junto a la autovía de acceso norte desde Sevilla, "aislado de la población". Su implantación supondría, según Obras Públicas, "un cambio sustancial del papel de Alcalá del Río en el contexto de la aglomeración urbana". Es a éste carácter supramunicipal al que se aferra al alcalde, Juan Carlos Velasco (IU), para presentar el proyecto como área de oportunidad del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus). Tras el recorte del PGOU, junto a esta propuesta, el regidor también puja por lograr un área residencial anexa al casco urbano principal, que compute fuera del planeamiento, con una superficie de 50 hectáreas con capacidad para 1.400 viviendas, de las que el 70% serían protegidas. También propone la ampliación del polígono Ilipa Magna, con 100 hectáreas más.
Paralelamente, el planeamiento prevé acciones para poner en relieve la ubicación estratégica junto al río Guadalquivir, de modo que le permita sacar partido de sus zonas verdes con fines turísticos.
De este modo, desde el Ayuntamiento de Alcalá del Río planean rehabilitar la cornisa situada al noroeste del casco urbano principal, además de prolongar a modo de paseo fluvial la zona verde a lo largo de la margen derecha del Guadalquivir a su paso por el pueblo hasta la desembocadura del arroyo Barranco Hondo. Igualmente, pretende dotar la margen izquierda del cauce de un sistema de equipamientos y espacios libres de tipo lúdico, cultural y deportivo, sin olvidar la oferta de ocio, para atraer la llegada de visitantes a toda esta comarca del área metropolitana.
