"Para mí el voluntariado es la entrega a los demás y por mucho que des, siempre recibes más", declaraba Araceli Rodríguez, de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) ante la cámara del Rincón del Voluntario instalada en el 8o Congreso Andaluz del Voluntariado que se celebra hasta hoy en Sevilla. "Mi felicidad es hacer felices a los demás", rezaba el lema del chaleco reflectante de Fernando Sánchez, un joven con síndrome de Down que disfruta "cantando y ayudando a los niños enfermos" desde la asociación de trasplantados y cardiacos Orion de Algeciras.
Son solo dos botones de muestra de una "actitud ante la vida", en palabras del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que ya ejercen 419.518 andaluces -más mujeres y jóvenes- en 2.613 asociaciones.
Griñán reconoció, durante su discurso de inauguración, que el voluntariado "es un aliado contra la crisis" por su ayuda a los más necesitados y por promover el compromiso ciudadano frente a "los individualismos y egoísmos" que están en su origen. Y precisamente porque ante la crisis muchas asociaciones se preguntan "cómo seguir atendiendo a las personas, cómo pagar el local o al personal", el presidente de la Plataforma Andaluza del Voluntariado, Manuel García Carretero, aprovechó su intervención para pedir a Griñán "un esfuerzo" pese a las limitaciones presupuestarias, ante la próxima convocatoria de subvenciones. "Que se tenga en cuenta la capacidad demostrada y aquellas asociaciones que mejor optimizan sus recursos", reclamó, ya que "el reparto meramente equitativo en estos momentos se convierte en un obstáculo".
García Carretero también instó a las asociaciones a agudizar su creatividad y a pedirse ayuda mutua, y reclamó compromiso a la iniciativa empresarial. Entre las 80 organizaciones participantes en el Congreso hay fundaciones de empresas como Adecco, Telefónica o Cajasol. Pero si alguien puede dar ejemplo de responsabilidad corporativa es Mariló Rodríguez, impulsora de Pelonas Solidarias, una empresa creada hace un año en Córdoba que vende por internet muñecas de fieltro sin pelo "como las enfermas de cáncer". Mariló empezó a hacerlas durante su comparecencia. "Estando de baja, al pasar por todo eso, se me ocurrió", explicó. Hoy trabajan con ella otras expacientes que se forman en talleres de motivación que imparten en la AECC, a la que destinan el 10% de sus beneficios.
La experiencia personal es lo que lleva a muchos a hacerse voluntarios. Luis Barrios, hoy secretario general de la Federación de asociaciones de enfermos del corazón, recuerda que mucho antes de la primera ley antitabaco, ellos hacían campañas en los hospitales. "Yo pasé de tres cajetillas al día a nada. Me dio una angina de pecho y el médico me dijo que o lo dejaba o el tabaco me retiraba a mí. Es difícil, yo tuve mono seis meses, pero se puede".
