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La España tremenda

Hay una España terrible. La del sentimiento trágico de la vida. La España cainita. La que asiste complacida a la quema del hereje, ordenada en un auto de fe por un clérigo irracional, valga la redundancia.

el 15 sep 2009 / 06:59 h.

Hay una España terrible. La del sentimiento trágico de la vida. La España cainita. La que asiste complacida a la quema del hereje, ordenada en un auto de fe por un clérigo irracional, valga la redundancia.

Esa España negra, del culto al luto por los muertos que ella misma mata. La que se escandaliza en la calle por lo que practica a escondidas. Esa moral pringosa que se exige a los demás. Y que vocean una tropilla de predicadores laicos o ensotanados, en su emisora o en prensa varia.

Gente que, por ejemplo, ha linchado literalmente a Rajoy y a punto han estado de imponer indecentemente su voluntad esparciendo insultos, amenazas y mintiendo groseramente.

No estoy al corriente de lo que ha aprobado la gente del PP en Valencia ni si difiere en algo de sus programas anteriores ni si ese congreso les hace merecedores de un futuro triunfo electoral. Lo que sí sé es que de Valencia han vuelto librando a los españoles del discurso tremendista anterior, de ciertas biografías que nos traen malos, muy malos recuerdos.

Sin Aznar, sin la mirada tristona de esos vascos que no acaban de enterarse de lo que es España. Sin una música guerrera y apocalíptica. Arenas se ha ganado una bronca de la caverna porque ha dicho que el 11-N no es una preocupación para los españoles. Lleva toda la razón, es una desgracia que se desea olvidar no convivir y, menos aún, vivir de ella. No sé cómo acabará esta nueva etapa política pero se agradece que se abandone la visión de que todo es negro.

Abogado

crosadoc@gmail.com

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