Las iniciativas sociales han marcado las políticas emprendidas en el Polígono Sur. Entre todas ha destacado el trabajo con los más pequeños, como con estos del Colegio Manuel Giménez FernándezLos cambios que han logrado transformar una ciudad como Sevilla en tan sólo una década adquieren una mayor relevancia cuando se centran en aquellos barrios alejados del Casco Antiguo que soportan una mayor carga de necesidades a sus espaldas. El Distrito Sur es todo un ejemplo de ello. En su docena de barrios se acumulan espacios de toda índole, algunos con más prestaciones sociales y urbanísticas, y otros, como en el caso del Polígono Sur, con una situación de marginalidad y exclusión social que ha intentado superarse en los últimos años gracias al esfuerzo de las administraciones y de sus vecinos.
Para paliar estas circunstancias, entre los vecinos y las instituciones decidieron poner en marcha un plan integral en el año 2003 con el que obtener respuestas a las demandas ciudadanas en cuanto a la mejora social, urbanística y estructural de este espacio del distrito. Nació así una iniciativa que, con el apoyo del Estado, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, buscaba elaborar un proyecto que supusiera una transformación del Polígono Sur en todos sus aspectos: salud, empleo, vivienda, urbanismo, convivencia y educación. Valores que en su conjunto estaban llamados a cambiar al barrio desde dentro para proyectar al resto de la ciudadanía una imagen cercana y afable de sus vecinos.
Las instituciones delegaron esta ardua tarea en la figura de un comisionado cuya primera labor fue la integración del barrio en las mesas políticas de forma integral, con objeto de saber cuál debía ser el papel del Polígono Sur dentro del conjunto de la ciudad. La acogida vecinal a esta figura fue simplemente espectacular. Y es que la singularidad de este movimiento de reconstrucción del barrio estaba basada precisamente en eso, en el respaldo ciudadano a una reforma integral demandada hacía décadas. En este sentido, la plataforma vecinal ‘Nosotros también somos Sevilla', que aglutina a muchas de las asociaciones del barrio, llevaba años solicitando una transformación de este espacio, olvidado por las administraciones según los propios vecinos, y que se encontraba desabastecido hasta de los servicios básicos como el correo, la limpieza o el transporte público.
Así, y sin olvidar la esencia popular del barrio que lo había convertido en una zona complicada por sus problemas sociales, el comisionado comenzó a desarrollar su labor, siempre de la mano de las asociaciones vecinales aglutinadas en un gran movimiento. La prueba de que ésta era una iniciativa común, en la que todos estaban implicados, fue la celebración de las primeras jornadas del Comisionado del Polígono Sur, que tuvieron lugar en el año 2005, y a las que asistieron unos 700 ciudadanos residentes en el barrio, con tan sólo un mes de trabajo por parte de esta figura institucional. Su presencia en el barrio fue un éxito, pues hasta los propios responsables del comisionado mostraron su sorpresa por el respaldo tan profundo que el conjunto de los vecinos habían profesado a la iniciativa a través de su participación en este acto.
creando un barrio. Con este respaldo vecinal, el comisionado allanaba el inicio de un camino cuya primera parada estuvo en la adecuación de algunos servicios básicos para los ciudadanos y en la rehabilitación integral de gran parte de los espacios del Polígono Sur. Así, en enero de 2009 se realizaron una serie de actuaciones en calles como Luis Ortiz Muñoz, Orfebre Cayetano González y Sebastián Bandarán. Mejoras que se vieron complementadas en 2010 con la rotulación de más de medio centenar de calles de las barriadas Murillo y Martínez Montañés, que hasta entonces tenían nombres de conjuntos. Precisamente una de es-tas vías se dedicó a la Asociación de Vecinos ‘Esperanza Sur', homenajeando así la labor social que realizan en el barrio. Su trabajo se centra especialmente en las mujeres de la zona, en su mayoría trabajadoras, a las que dotan de un espacio desde el que poder canalizar su tiempo libre en actividades como talleres, visitas, excursiones y convivencias.
Tras una corta estancia en el Polígono Sur, los miembros del comisionado observaron que el barrio carecía, entre otros aspectos, de algunos servicios públicos básicos, cuya ausencia dificultaba en exceso el quehacer diario de los vecinos. Para paliar esta situación, las instituciones municipales lograron que se dotara al barrio de una línea de autobuses que facilitara el acceso de los vecinos al resto de la ciudad. Con tal fin se habilitó la línea 31 de Tussam que conecta el Polígono Sur con el intercambiador del Prado de San Sebastián. La recuperación de esta cobertura pública tuvo su continuidad en la instalación de los contenedores soterrados en algunas zonas de la barriada, sumando a sus vecinos a las innovaciones que se venían desarrollando en la ciudad.
AVANCES SOCIALES. La experiencia del trabajo con los ciudadanos había demostrado que el Polígono Sur no sólo necesitaba mejorar su aspecto para sumarse a la Sevilla del cambio. Era necesario también do-tar al conjunto de sus vecinos de una serie de programas de índole social que los ayudaran a superar las situaciones de exclusión y marginalidad que marcaban sus vidas. En este sentido, desde el Distrito Sur se pusieron al servicio de los ciudadanos dos programas de ocio, abiertos también al resto de vecinos, que bajo las denominaciones de ‘Los Miércoles al Sol' y ‘Campamentos de Verano', buscaban plantear una oferta para aquellos que no podían desplazarse a las playas durante los meses de julio y agosto. Pero más allá de cultivar el ocio vecinal, las instituciones municipales se afanaron por ofrecer a los ciudadanos una alternativa al analfabetismo existente en el barrio con el desarrollo del programa de origen cubano ‘Yo sí puedo'. Esta experiencia, ya aplicada en otras zonas de la ciudad, permite a la población aprender a leer y a escribir, sea cual sea su edad y condición social, a través de un programa audiovisual en el que con el trabajo de los mediadores se da una segunda oportunidad a los vecinos.
Pero todas estas iniciativas, en su mayoría ciudadanas, necesitaban de un gran espacio desde el que canalizarlas. Así, se construyó en la calle Luis Ortiz Muñoz el Centro Cívico ‘El Esqueleto', que alberga numerosos talleres así como una biblioteca abierta al conjunto de los vecinos. La singularidad de este espacio se basa en la existencia de un aula específica para la tercera edad, gestionada por la Asociación ‘Empezando a renacer', y por ser la sede del Centro de Educación Permanente de Adultos Polígono Sur, donde se da cobertura a la demanda formativa.
El otro gran problema que acuciaba al barrio era la elevada tasa de desempleo que existía entre su población. Para paliar esta problemática se inauguró en la barriada de Murillo el Centro Permanente de Formación y Empleo Polígono Sur, dependiente de la Delegación de Economía y Empleo, desde el que se ofrece a los vecinos una oportunidad para formarse y aprender un oficio, aumentando así sus posibilidades de encontrar trabajo y mejorando la vida en el Polígono Sur. Un barrio que a través de pequeños pasos busca superar la barrera que durante años lo separó del resto de Sevilla.