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La esperanza ¿también en crisis?

Angustia, alcoholismo, divorcios... la crisis económica no sólo tiene consecuencias financieras, también emocionales, físicas y sociales. Son los daños colaterales de una situación que afecta con más virulencia a los más débiles que recurren en muchos casos al Teléfono de la Esperanza.

el 15 sep 2009 / 17:00 h.

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Angustia, alcoholismo, divorcios... la crisis económica no sólo tiene consecuencias financieras, también emocionales, físicas y sociales. Son los daños colaterales de una situación que afecta con más virulencia a los más débiles que recurren en muchos casos al Teléfono de la Esperanza. Este año, 5.000 sevillanos ya han recurrido a él.

"Temo que con esta situación vuelva a caer de nuevo en el alcohol". Declaraciones tan contundentes como ésta son las que se están recibiendo desde hace algunos meses en el Teléfono de la Esperanza. Además de en las bolsas financieras y en los grandes mercados, la crisis también se está dejando notar en esta línea telefónica.

"Hay un cierto clima de alarma social", explica Miguel Ángel Terreros, director de este organismo solidario en Sevilla. Una alarma social que se nota tanto en los motivos que llevan a la gente a usar esta línea como en el aumento de las llamadas durante los últimos meses. Como explica el director, "aunque aún es pronto para evaluar la situación, porque no se sabe desde cuándo empezó la crisis a influir en la vida de los ciudadanos, está claro que desde hace unos meses hay un gran volumen de llamadas que se refieren de una u otra forma a la crisis".

La mayoría son gente que ha perdido su trabajo con todas las consecuencias que ello conlleva: caída en adicciones -sobre todo alcohol-, enfermedades psicológicas, graves problemas familiares y rupturas maritales. "Son sobre todo gente que se siente muy sola, que no sabe a quién acudir en un momento de desesperación", apunta Ternero.

Por ello, colectivos que viven en situaciones más precarias, como por ejemplo los inmigrantes, que ante la pérdida de empleo temen ser expulsados del país, es de los grupos de población que más recurren a este servicio de ayuda. También las personas mayores "que piensan que pueden perder sus ahorros de toda su vida" son de las que más marcan éste teléfono.

"Lo peor de la situación es que no sólo nos piden consejos personas que ya hayan sufrido consecuencias directas de la situación del país, sino incluso las que aún no han tenido problemas palpables", explica Terreros. Y es que, la simple idea de que podrían tener futuros problemas por esta coyuntura económica provoca en muchos "ansiedad, estrés y en casos más graves, depresión, cuestiones que en muchos casos hacen el mismo o más daños que problemas más tangibles".

Además de las llamadas realizadas por los propios afectados, el Teléfono de la Esperanza registra mucha demanda de personas preocupadas por sus familiares: "Sobre todo son mujeres que temen por sus maridos o por sus hijos", asegura el titular del sevillano teléfono. Está claro que "los problemas económicos, son los que más quebraderos de cabeza traen a los que acuden a nosotros, y todo lo que ello conlleva".

Sevilla no es el único lugar en el que la crisis está dejando este tipo llamadas. En otros lugares como Valencia, se ha notado que, desde principios de año "las llamadas casi siempre se refieren a la crisis económica". Una crisis que también se está notando en el propio Teléfono de la Esperanza ya que, en algunas regiones, han cesado las ayudas a esta ONG.

Aunque aún es pronto para hacer un balance exacto de las llamadas registradas durante este año en el Teléfono de la Esperanza de Sevilla Miguel Ángel Terreros asegura que se han superado las atenciones en un 15% respecto al año anterior. "La demanda de nuestro servicio ha crecido", asegura el director. Parece que ante tanta incertidumbre la gente necesita "más apoyo, mayor escucha y mucha más comprensión y, por supuesto, más esperanza".

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