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La eterna candidata en la sombra

el 20 oct 2010 / 20:27 h.

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Josefina Cruz Villalón (Huelva, 1949) no llega de nuevas a la Consejería de Obras Públicas y Vivienda. Más bien regresa a la que fue su casa desde 1995 a 2003, siempre en esa segunda fila que no atrae el foco mediático pero en la que se cuece el meollo del diseño de las políticas, en este caso las destinadas a poner coto al urbanismo descontrolado.

No hay quiniela en la que no haya sonado como potencial consejera para un Gobierno andaluz al que perteneció ocho años como secretaria general y directora general de Ordenación del Territorio y Urbanismo del equipo liderado por Concepción Gutiérrez. En este tiempo, esta doctora en Geografía diseñó varios planes municipales y la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) lleva su sello. De esa época destacan su habilidad para negociar y lograr acuerdos con modos dulces pero mano firme. A pesar de su perfil técnico, conoce bien los entresijos políticos de todo Gobierno y sabe moverse en esas aguas. Eso sí, su carácter serio y algo tímido contrastará especialmente porque ocupa el hueco de una de las políticas más populares.

Salió de la Consejería para dar el salto al Ministerio de Fomento cuando la malagueña Magdalena Álvarez asumió la cartera en 2004. Primero fue directora general de Planificación y Coordinación Territorial, hasta que un año después fue nombrada secretaria general de Infraestructuras, cargo desde el que volvió a tocarle un gran documento programático, esta vez, en materia de transportes: el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes 2005-2020. En 2008 fue ascendida a secretaria de Estado de Infraestructuras, aunque un año más tarde el nuevo ministro José Blanco la sustituyó. Apenas una semana después de su cese, regresó a la Universidad de Sevilla, donde es profesora desde 1973 y actualmente ostenta la cátedra de Geografía Humana (está casada con el también catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo).

Pese a su larga trayectoria en política, nunca ha abandonado la labor académica e investigadora y en su currículum constan varias publicaciones científicas. Con el nombramiento de una mujer que "conoce bien la Consejería", según destacó su antecesora en el cargo, el objetivo de Griñán es que el ritmo de trabajo continúe en un departamento que tiene el reto de amortiguar los efectos de los recortes inversores en uno de los sectores más castigados por el paro. El cambio de cuatro consejeros en tres años es el argumento principal de la oposición para denunciar la parálisis en esta materia y la poca importancia que le concede Griñán.

Aguilar le deja como legado la fórmula de la financiación público-privada como alternativa para sacar adelante proyectos, pero en año y medio ella sólo ha logrado comprometer a los empresarios para un tramo viario (en la autovía Iznalloz-Darro), lo que evidencia las dificultades que entraña. Deberá ser vigilante con sus ex compañeros de Fomento para que cumplan su compromiso con grandes obras como el segundo puente de Cádiz, la A-7 o la Autovía de Despeñaperros, indultadas del recorte pero sobre las que oposición, alcaldes y sindicatos no cesan de hacer caer la sombra de la sospecha cuando la actividad de las excavadoras decae. Y en vivienda, su materia más profana, recae sobre sus espaldas presionar a la banca para que fluya el crédito comprometido para VPO y mantener el pulso que inició Aguilar por las ayudas retiradas por Zapatero a promotores y compradores.

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