Todas las fuerzas políticas del Parlamento Europeo condenaron hoy la muerte del opositor cubano. En consonancia con la resolución pactada por una mayoría abrumadora de la Eurocámara y que este jueves será aprobada en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia), la mayor parte de los eurodiputados se unieron hoy para criticar con dureza la situación de los derechos humanos en Cuba.
Antes de enredarse en sus diferencias respecto a la política que Europa debe seguir con La Habana, el grueso de los diputados que intervinieron en el debate sobre Cuba prefirió lanzar un mensaje claro en favor de la libertad y los derechos de los cubanos.
"Nunca más permitamos que nuestro silencio se convierta en complicidad con los liberticidas, nunca más permitamos que una persona que luchaba por sus derechos y los de todos muera en la cárcel cubana o de cualquier otro lugar sin que se levante nuestra voz fuerte y firme exigiendo su salvación", señaló el español Luis Yáñez en nombre del grupo Socialista.
El europarlamentario socialista español recordó que Zapata "sólo pedía la mejora de las condiciones carcelarias" y criticó el "espeso silencio de la comunidad internacional" durante su huelga de hambre.
En una línea parecida, el también español José Ignacio Salafranca (Partido Popular Europeo) subrayó que el principal objetivo de su formación cuando pidió un debate sobre Cuba fue que el PE pudiese "alzar su voz para condenar la muerte de un inocente y expresar su solidaridad con aquellos que en Cuba luchan, viven y mueren por su libertad y su dignidad".
"Defender los derechos humanos hoy es condenar la muerte evitable, cruel e injusta de Orlando Zapata y pedir la libertad de los que aún se encuentran en las cárceles", resumió la eurodiputada del grupo Liberal Izaskun Bilbao utilizando el lenguaje del texto pactado por los grupos de cara al voto de mañana.
La parlamentaria vasca confió en que el suceso "haga reflexionar a las autoridades de Cuba, cuyo régimen debe avanzar para que su ciudadanía disfrute de una verdadera democracia".
Por Los Verdes, Raül Romeva subrayó que "independientemente de la opinión de cada uno sobre Cuba", la muerte de Zapata "es un hecho que merece una condena" y es motivo para pedir "la liberación de las personas detenidas".
La línea fue similar en todos los grupos, con la excepción del grupo de Izquierda Unitaria, por la que tomó la palabra el español Willy Meyer.
Aunque lamentó la muerte de Zapata y recordó que es responsabilidad del Gobierno cubano velar por la salud de los presos, Meyer denunció en nombre de su grupo la "instrumentalización" de los debates sobre derechos humanos y criticó que, por ejemplo, que el PE no condenase en su día el golpe militar en Honduras.
Meyer defendió la propuesta de resolución de su grupo, que no se ha adherido a la común, y que se centra en la necesidad de normalizar las relaciones con La Habana y superar la Posición Común que actualmente rige la política de la UE con Cuba.
Ese punto fue el único que dividió hoy a los diputados, pues mientras los conservadores defendieron la vigencia de esa Posición Común -aprobada en 1996 a iniciativa del entonces Gobierno conservador español de José María Aznar- la centroizquierda de la cámara abogó una vez más por su modificación, tal y como promueve el Gobierno español.
La resolución que este jueves aprobará la Eurocámara evita hablar directamente de la Posición Común, precisamente para permitir su aprobación con una mayoría muy amplia.
Tampoco quiso ahondar en esa fractura el secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, en calidad de representante de la Presidencia española de la UE, quien centró su intervención en la necesidad de que la UE "alce la voz" ante cualquier violación de los derechos humanos como la ocurrida en Cuba.
El secretario de Estado para la UE insistió, sin embargo, en la importancia del "diálogo político" con La Habana para tratar de mejorar la situación del pueblo cubano y de los opositores encarcelados.
Por su parte, el comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs, también se mostró a favor de impulsar el diálogo político pero, en su caso, defendió la Posición Común como "una buena base" para ello.
