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La explosión de Santoña eleva a 33 las acciones terroristas en Cantabria

La explosión del coche bomba que se ha producido en el Patronato Militar de Santoña eleva a 33 el número de atentados cometidos por ETA en Cantabria y se produce dos meses después de los últimos atentados ocurridos en Cantabria, cuando explotaron cuatro artefactos en Laredo y Noja.

el 15 sep 2009 / 15:34 h.

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La explosión del coche bomba que se ha producido esta madrugada en el Patronato Militar de Santoña eleva a 33 el número de atentados cometidos por ETA en Cantabria y se produce dos meses después de los últimos atentados ocurridos en Cantabria, cuando explotaron cuatro artefactos en Laredo y Noja.

La primera acción de ETA se produjo en 1969 en Liébana, donde miembros de la banda terrorista protagonizaron un tiroteo con agentes de la Guardia Civil.

Desde entonces, ETA ha cometido 32 atentados, el más grave, y hasta hoy el único con muertos, el 19 de febrero de 1992, cuando la explosión de un coche bomba en el barrio de La Albericia de Santander al paso de un vehículo policial mató a tres personas e hirió a otras veintiuna.

Las últimas acciones terroristas en Cantabria, antes de la explosión de esta madrugada, se produjeron el pasado 20 de julio cuando explotaron cuatro artefactos, dos en la playa de Laredo y otros tantos en Noja, uno en la playa del Ris y otro en el campo de golf de esa localidad.

Santoña ya fue objeto de otro atentado, en marzo de 2006, cuando explotó un artefacto compuesto por cinco kilos de amonal el día 8 en la sede de Falange de Santoña, que hirió leve a una persona. Veinticuatro horas después explotó otro en un camino vecinal de Ontón anexo a la A-8.

Tres meses antes, el 6 de diciembre del 2005, fue desalojado el aeropuerto de Santander después de que una llamada al diario Gara anunciara, en nombre de ETA, la colocación de un lanzagranadas. Cuatro días después fueron hallados dos lanzagranadas sin detonar en las proximidades del aeropuerto de Parayas.

Durante el 2004, ETA atentó contra intereses turísticos de la comunidad autónoma en tres ocasiones: el 12 de agosto una bomba de poca potencia estalló en el Paseo de Pereda de Santander y causó daños materiales de escasa consideración.

Cinco días antes se había producido una acción similar en San Vicente de la Barquera y el 6 de diciembre explotó un artefacto en un aparcamiento de Santillana del Mar, ocasionando heridas leves a 15 personas.

Un año antes, en el 2003, la explosión de un coche bomba causó daños considerables en el aeropuerto santanderino de Parayas, que había sido previamente desalojado después de que una llamada telefónica al diario 'Gara' advirtiera de la colocación de la bomba.

En 2002 se produjeron otros dos atentados: el 3 de diciembre un coche bomba causó graves destrozos en un aparcamiento de la plaza de Alfonso XIII de Santander, y el 22 de junio otro vehículo cargado con 30 kilos de explosivos provocó heridas leves a cuatro personas y cuantiosos daños materiales junto al edificio santanderino de los Ministerios.

En marzo de 1998 dos miembros del 'comando Vizcaya' intentaron asesinar al propietario de un bar de Castro Urdiales, pero su pistola se encasquilló cuando se disponían a disparar.

Un mes antes, en la madrugada del 21 de febrero de 1998, la policía explosionó una bomba con tres kilos de cloratita descubierta por dos jóvenes del PP en la sede de su partido en Santander, horas antes de una convención de Nuevas Generaciones. La explosión causó importantes daños en edificios y automóviles.

El 20 de agosto de 1997 artificieros de la Guardia Civil desactivaron tres lanzagranadas que apuntaban contra la casa cuartel del instituto armado en Comillas y que habían sido descubiertos por turistas que paseaban por la playa.

El 23 de octubre de 1990 un coche cargado con 80 kilos de explosivo fue explosionado por artificieros de la Guardia Civil en Pesués. La deflagración causó daños en un colegio y en el ayuntamiento por varios cientos de millones de pesetas. Al parecer, el objetivo de ETA era lanzar el vehículo por una pendiente contra el cuartel de la Guardia Civil.

El 20 de agosto de 1983 dos bombas colocadas por ETA estallaron en las ventanas laterales de la casa cuartel de Laredo y causaron heridas graves a la hija de un agente.

El resto de las acciones terroristas, casi todas en los años ochenta, tuvieron como objetivo barcos de la armada, concesionarios de automóviles e instalaciones de Renfe y de la empresa "Equipos Nucleares", donde se reparaba un generador para la central nuclear de Lemóniz. Todas ellas causaron únicamente daños materiales.

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