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La extravagante operación de venta del Betis

El máximo accionista del Real Betis Balompié, Manuel Ruiz de Lopera, anunció ayer a través de un comunicado en la web oficial del club que aceptaba los avales bancarios presentados por la sociedad BSport para la compra de sus acciones y que daba las instrucciones pertinentes para la firma notarial de la compraventa de los mencionados títulos "a finales de octubre".

el 15 sep 2009 / 16:13 h.

El máximo accionista del Real Betis Balompié, Manuel Ruiz de Lopera, anunció ayer a través de un comunicado en la web oficial del club que aceptaba los avales bancarios presentados por la sociedad BSport para la compra de sus acciones y que daba las instrucciones pertinentes para la firma notarial de la compraventa de los mencionados títulos "a finales de octubre". En puridad, de este comunicado se desprende que Lopera deja el Betis después de dieciséis años al frente del club y traspasa sus acciones a una nueva sociedad que se hará cargo de una institución centenaria como es el club verdiblanco. Ocurre, sin embargo, que la opacidad que rodea a esta operación es de tal tamaño que las dudas sobre su veracidad siguen estando tan vigentes como el día en el que Lopera anunció la venta del club antes del día cuatro de octubre. En primer lugar, porque ha llegado ese día y el Betis sigue estando en manos de su actual accionista mayoritario. Todavía no ha habido traspaso y por no saber, aún no se sabe cuáles son los avales bancarios con los que cuenta BSport o si el precio final es el acordado en julio (70 millones). En realidad, aquí las acciones siguen estando en manos de Manuel Ruiz de Lopera. Lo demás se resume en un comunicado que habla de que se han acreditado "las garantías bancarias suficientes" y poco más. No hace falta decir que el Betis tiene una historia y una ligazón social y sentimental con Sevilla que merece mucho más que un acuerdo con tantas lagunas. La masa social del equipo, formada por cientos de miles de personas, merece mayor claridad en una operación que, de concluirse, se situaría por derecho propio entre las más importantes vividas por el club en las últimas décadas. Por eso, lo que hay que reclamar es un ejercicio de transparencia que dé credibilidad a lo que está ocurriendo y no salpique la imagen de una entidad que, al igual que el Sevilla F.C, es para los sevillanos algo más que un club de fútbol.

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