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La fachada plateresca del Ayuntamiento será tratada para evitar desprendimientos

el 15 sep 2009 / 08:22 h.

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Los técnicos del Alcázar, con su aún director José María Cabeza al frente, velan desde hace tres años por la conservación y mantenimiento de la Casa Grande. En cartera hay dos proyectos potentes: la consolidación de la fachada de la plaza de San Francisco y su iluminación monumental.

 

Salta a la vista lo mucho y bueno ejecutado durante el último trienio en el segundo edificio civil más destacado de la ciudad detrás precisamente del Real Alcázar. No es que antes no se hiciera nada, obviamente, pero ni los dineros invertidos eran los mismos ni se estaba tan encima del inmueble como ahora.

 

Lo acreditan las inversiones, pero también el alcaide del Alcázar, Antonio Rodríguez Galindo, y el todavía director del mismo, José María Cabeza -quien dentro de poco dejará oficialmente el cargo en favor de otro arquitecto de sobras conocido en la casa, Antonio Valón-. Ambos destacan, en una suerte de balance trienal, cuánto ha ganado la Casa Grande, que ya luce remozada prácticamente de cabo a rabo.

 

Lo que no quiere decir que no resten importantes proyectos por acometer. Dos de ellos están en cartera y tienen como centro de actuación la fachada plateresca del Ayuntamiento, la que da a la plaza de San Francisco y que decoró con tino primero Diego de Riaño y, tras su muerte, el cantero y aparejador Juan Sánchez, todo ello entre 1527 y 1561.

 

De las dos obras proyectadas, la más delicada es la que busca su limpieza y consolidación, tareas necesarias dado el aspecto envejecido y deteriorado que presentan sus grutescos, escudos heráldicos y demás relieves pétreos, que están poco a poco padeciendo una peligrosa arenización que ya ha dado un buen susto. Y no hace mucho. Fue el pasado Viernes de Dolores, con los palcos para la Semana Santa a punto de estreno, cuando el director del Alcázar recibía la alerta de una limpiadora.

 

Habían caído cascotes de parte de una cornisa próxima al Arquillo. "Era un aviso lo suficientemente importante como para intervenir", recuerda ahora Cabeza, porque el asunto no trascendió en su momento.

 

Se colocó con discreción una malla protectora que aún sigue y en la que apenas nadie repara a no ser que se fije bien y, por fortuna, no se han registrado más desprendimientos. Lo que no quiere decir que no vaya a haberlos. Y de eso se trata.

 

Para minimizar el riesgo se ultima un proyecto de consolidación que en septiembre se espera someter a la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta para, a final de año o principios de 2009, afrontar las obras.

 

"Con vistas a la Expo 92 se le practicó una limpieza, pero fue demasiado leve y no ha aguantado lo que debería", resalta Cabeza. "Es una fachada muy castigada por los rayos ultravioletas, las lluvias, la polución", diagnostica. Y como no hay apenas nada que se deje al azar, se sabe ya hasta lo que costará la intervención: 120.000 euros. "Empezaremos por la zona más próxima al Arquillo, e iremos muy poco a poco, sin prisas, para garantizar que se hace un buen trabajo".

 

Bastante antes, esta misma semana, comenzarán los trabajos para dotar de la iluminación monumental que merece la fachada más vistosa del Consistorio y uno de los ejemplos más notables del arte plateresco.

 

iluminación artística. Con una inversión de 183.000 euros y cuatro meses de plazo, se espera que a mediados de noviembre esta cara de la Casa Grande reestrene iluminación; y se dice reestrenar porque ya contó con ella durante la Expo 92, sólo que después y "por una criticable dejadez del mantenimiento del sistema lumínico, éste ha quedado inservible", sostiene Cabeza.

 

De hecho, se aprovechará la nueva obra para eliminar focos y el cableado obsoletos de la cornisa y las balaustradas, colocando en su lugar una serie de bombillas de baja temperatura y ahorro energético que "realzarán las líneas arquitectónicas de la fachada", explica el director del Alcázar.

 

Esta línea de luces se verá complementada con los focos que se instalarán en las farolas fernandinas fronteras a la fachada. En total, la nueva iluminación consumirá una potencia de 14,8 kilowatios/hora del propio suministro del Ayuntamiento, no del alumbrado público. "Y se hará coincidir con el alumbrado de la Giralda", se indica. En invierno será de 19.00 a medianoche, y en verano de 22.00 a una de la mañana.

 

Como ni en el Alcázar ni en el Ayuntamiento se para en lo que a conservación se refiere, sigue estos días -la obra empezó en mayo con un presupuesto de 115.000 euros- la restauración de la escalinata renacentista de la Casa Grande, que abarca también la cúpula o clave igualmente renacentista y que estaba apuntalada desde 1993, poniéndosele al fin remedio.

 

Y tampoco se puede olvidar la intervención realizada en la Sala Capitular, una joya a la que se le ha devuelto su esplendor y en la que el alcalde ha querido abrir un debate público sobre la conveniencia o no de devolverle su uso como salón de Plenos -lo que en buena medida le ha acarreado sus problemas de conservación, derivados de los cambios bruscos de temperatura registrados cuando accede al lugar tanta gente-, o bien reservar la estancia sólo para las visitas. Asimismo, se debate sobre si deben rescatarse los restos de policromía aflorados.

 

"Hemos hecho mucho, y más que haremos", resume el alcaide a modo de balance de este trienio cuajado de intervenciones.

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