Cultura

La falta de liquidez del Ayuntamiento deja a Sevilla sin cultura este verano

Sin teatro en el Alcázar, sin cines de verano municipales, sin representaciones al aire libre ni espectáculos flamencos como aperitivo de la Bienal. Así se presenta la actividad cultural veraniega en Sevilla, que sufre un parón por los "limitados presupuestos" de la Delegación.

el 15 sep 2009 / 07:41 h.

Sin teatro en el Alcázar, sin cines de verano municipales, sin representaciones al aire libre ni espectáculos flamencos como aperitivo de la Bienal. Así se presenta la actividad cultural veraniega en Sevilla, que sufre un parón por los "limitados presupuestos" de la Delegación que coordina Maribel Montaño, que han resultado "peores de los que esperábamos".

Mientras que el verano pasado se vivió el climax de la explosión cultural de la ciudad con el regreso del cuadro Santa Rufina, gracias a la gestión plagada de colosales proyectos y grandes golpes de efecto de Juan Carlos Marset, el horizonte que se vislumbra para este año deja entrever un paisaje bien diferente.

Sin teatro en el Alcázar -tras la caída sin explicación del veterano ciclo Mitos y personajes históricos de Sevilla-, sin los cines de verano municipales, que apenas han durado dos ediciones en La Buhaira, Triana, los Jardines del Valle y Rochelambert; sin la reconversión de emplazamientos públicos en espacios culturales -como ha pasado tradicionalmente con la torre de Don Fadrique, la Plaza de América o los ya mencionados jardines del Valle-, Sevilla afronta uno de sus veranos de mayor sequía en actividades culturales.

El motivo quedó perfectamente explicado por la delegada municipal de Cultura y flamante portavoz del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, a la que se ha acusado de pasividad y dejación de sus funciones desde que ocupó su cargo, precisamente durante las pasadas vacaciones de verano -tras el nombramiento de Juan Carlos Marset como director del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Musicales (Inaem)-.

Montaño, que asume que le ha tocado desempeñar "el papel feo", según explicó a El Correo, reconoció que su primer año al frente de este departamento ha sido "un período de reordenación y reflexión" que mantiene parada la actividad cultural en la ciudad, sobre todo, respecto a los grandes proyectos impulsados por Marset la pasada legislatura.

"En la administración pública debe haber siempre una vinculación entre los proyectos y los recursos económicos con los que se cuenta. Con Juan Carlos se había empezado a producir una desvinculación entre la magnitud de los proyectos y los recursos limitados con los que cuenta un Ayuntamiento", aseguró.

Ésta fue la situación que heredó Montaño a su llegada a Cultura: una Delegación municipal estructurada en torno a una nueva empresa pública encargada de gestionar los activos y las políticas culturales del Ayuntamiento -el ICAS (Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla)- que, a día de hoy, carece de la liquidez necesaria para abordar nuevos proyectos, e incluso para darle continuidad a algunos de los que ya existían.

"Estamos en un momento de reordenación, de estudiar qué podemos mantener y qué no, y de analizar si podemos seguir invirtiendo una alta cantidad de dinero en ciertas actividades", reconoció Montaño refiriéndose a proyectos como el malogrado Festival Sevilla Entreculturas -otro invento de Marset que apenas ha alcanzado las dos ediciones- o los cuatro cines de verano municipales patrocinados por Cajasol.

"La ciudad tiene ya oferta de cines, así que no es imprescindible invertir ahí esos recursos; tenemos que reservar nuestra economía para potenciar lo que no hacen los demás, como la Bienal de Flamenco o el Festival de Cine Europeo", desgranó.

A estos apuros económicos se le suma también "las aportaciones mermadas a los presupuestos del ICAS de otras instituciones, como algunas cajas de ahorro", continuó explicando la delegada, que llegó incluso a decir que el presupuesto de 2008 "ha quedado bastante peor de lo que esperábamos".

Así las cosas, Montaño prevé un horizonte más halagüeño de cara a los próximos años. "En 2009 nos podremos llevar alguna alegría. Los mecanismos se han puesto ya en marcha para que la cosa funcione, y en 2010, las alegrías serán ya más de una".

Lo cierto es que, más allá de lo que se realiza desde la iniciativa privada o desde otras instituciones, como el loable esfuerzo llevado a cabo este año por la Diputación de Sevilla, el ayuntamiento de la ciudad carece de una apuesta cultural para este verano.

Un hecho que Montaño ve necesario, a pesar de ser consciente de lo impopular de la medida. "No voy a seguir en la inercia de continuar con las actividades por el simple hecho de evitar las críticas, prefiero correr el riesgo de hacer pensar a la ciudadanía que no se hacen cosas y dejar el ICAS saneado, pensando siempre, no en mí, sino en el que venga detrás", añadió.

A este respecto, Montaño, que ha heredado de Juan Carlos Marset cierta estructura interna particular para un Ayuntamiento, como la existencia del ICAS como empresa pública, quiso reconocer que las aspiraciones del Instituto de la Cultura y las Artes de ser un instrumento autónomo "se quedó a medio camino". "Ahora hemos abierto también esta reflexión: ver si desvinculamos el ICAS de la Delegación de Cultura o lo volvemos a integrar. Me ha tocado lo peor de los dos sistemas", confesó la nueva portavoz municipal.

No obstante, una vez superado este "período de reflexión", Maribel Montaño quiso dejar claro que "en septiembre levantaremos el telón de la nueva andadura de la Delegación de Cultura en Sevilla".

Con este optimismo, Montaño se enfrenta a una labor ya comprometida a tiempo completo con el Ayuntamiento de Sevilla, después de su salida de la Ejecutiva del Partido Socialista. "Es verdad que he estado y no he estado, pero en todo este tiempo tan solo me he perdido un pleno", se justificó.

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