La familia de Ingrid Betancourt, rehén de las FARC desde febrero de 2002, se siente "una bola de ping pong" entre la guerrilla y el Gobierno del presidente colombiano, Álvaro Uribe, según dijo ayer el ex marido de la secuestrada Fabrice Delloye.
"Somos una bola de ping pong entre las FARC y el Gobierno en un tablero de juego infernal en el que hay vidas en peligro", aseguró Delloye, diplomático francés, en una conferencia ante alumnos de Ciencias Políticas de París donde estudió Betancourt. Delloye mostró cierta esperanza en obtener un acuerdo humanitario que permita la liberación de 44 rehenes políticos de las FARC a cambio de medio millar de guerrilleros presos.
"El pasado domingo me reuní con Uribe. Era la primera vez que lo hacía en cuatro años y noté un principio de cambio en su posición. Han hecho falta seis años para que se dé cuenta de que hay un problema humano", aseveró.
Apoyo español a Uribe. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, garantizó ayer el respaldo "incondicional" de España al presidente colombiano, Álvaro Uribe, e hizo un llamamiento "exigente" a las FARC para que dialoguen y faciliten una misión médica internacional que atienda a los secuestrados que tiene en sus manos.
Zapatero recibió a Álvaro Uribe en el Palacio de la Moncloa durante su breve visita a España y juntos firmaron un Acuerdo de Asociación Estratégica que eleva de rango las relaciones entre España y el país andino.