La familia de la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC desde febrero de 2002, está "muy decepcionada" por la falta de respuesta de ese grupo armado a la propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y por la actitud inflexible del gobernante Álvaro Uribe.
En una entrevista con el semanario "Der Spiegel", el ex marido de Betancourt, Fabrice Delloye, sostuvo que el fracaso de la misión médica enviada por Francia para atender a Ingrid fue "la peor señal que pudo enviarse a una persona en peligro de muerte".
"Estamos muy decepcionados por el silencio de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)", afirmó Delloye, para quien la muerte, a principios de marzo, del líder guerrillero Raúl Reyes en el curso de una operación militar "dificultó enormemente el diálogo".
Opinó que las FARC no han entendido que la oferta de Sarkozy de buscar asilo a guerrilleros les abre la puerta al reconocimiento político y se mostró convencido de que tampoco el presidente Uribe es capaz de ver el beneficio de la liberación de Ingrid Betancourt y de otros secuestrados.
Delloye recordó que las FARC han liberado en lo que va de año seis rehenes, un gesto, dijo, que no ha sido correspondido por Uribe con la retirada de fuerzas militares de áreas designadas por la guerrilla, echando así por tierra los esfuerzos de mediación de Francia, España y Suiza.
Además culpó a Uribe de "torpedear" las iniciativas de Venezuela o Ecuador, actitud que a juicio de Delloye revela que el presidente colombiano "se mantiene en guerra contra las FARC".
El ex marido de Ingrid Betancourt se refirió al próximo viaje del ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchne, a Colombia para manifestar su esperanza en que logrará convencer a Uribe de que no hay deshonra en aceptar las exigencias de las FARC.
"La vida de Ingrid y de otros cientos de rehenes es más importante que el miedo a perder la cara", concluyó.
Betancourt se encuentra en delicado estado de salud, de acuerdo con diversos testimonios y en las últimas semanas ha crecido el clamor mundial que pide su liberación.
Las FARC tienen en su poder a 40 políticos, soldados, policías y estadounidenses que aspiran a ser canjeados por alrededor de 500 guerrilleros presos.
