Murieron en pocos segundos y el culpable no fue el fuego, sino el monóxido de carbono, que liquidó a la familia de Écija que sufrió el domingo un incendio en su vivienda antes de que pudieran avisar a los bomberos. Así lo manifestó ayer el avance de la autopsia entregado al juzgado.
Los seis inquilinos del número 14 de la calle Haya pudieron fallecer de modo fulminante intoxicados por monóxido de carbono. Según el avance de la autopsia, los cinco miembros de la familia Romero Priego (el padre, la madre, dos hijos de 25 y 16 años, una hija embarazada de 18 y Ángel Arrebola, el novio de ésta), perecieron asfixiados por inhalación de humo y con posterioridad se produjo la carbonización de los cuerpos.
Según fuentes de la investigación, antes de que se declarasen las llamas se debió producir una gran humareda en esta vivienda del barrio de Las Moreras y causó la muerte a los ocupantes de la casa en escasos minutos.
Si se confirman los primeros datos de la autopsia facilitados al Juzgado de Écija, cobraría fuerza la versión mantenida por los bomberos de la ciudad, que aseguran que su actuación fue correcta y eficiente y que fueron avisados tarde, cuando ya no podían hacer nada por los fallecidos.
Ese argumento lo subrayó ayer en Écija Juan Carlos Bernabé, secretario provincial del Sindicato Profesional de Bomberos (SPB). El dirigente sindical se desplazó a la ciudad de la tragedia para apoyar públicamente a sus compañeros, que sufrieron un intento de linchamiento el domingo y que son acusados por vecinos y familiares de las víctimas de no actuar con profesionalidad en la extinción del incendio.
Bernabé aseguró que aunque hubiera habido "20 bomberos actuando en Las Moreras, el trágico resultado hubiera sido el mismo, no se hubiera podido evitar". El responsable provincial del SPB insistió en que la actuación "ha sido la que tuvo que ser" y ha criticado las acusaciones contra sus compañeros como "comentarios gratuitos hechos desde el desconocimiento y sin tener en cuenta el daño que hacen".
"En este caso concreto, además son muy dañinos", prosiguió Bernabé. "Han criticado que dirigiéramos el agua a la planta baja en vez de a la primera, donde estaban los fallecidos, sin tener en cuenta que si apagas un fuego con agua la temperatura se multiplica por mil", dijo, para añadir que "no dirigimos el agua a la planta alta para no quemar a las personas que había, no sabemos si vivas todavía o no".
Bernabé también aclaró que no debió abrirse la puerta de la vivienda -los bomberos la encontraron abierta al llegar- "porque eso aporta oxígeno al incendio y aviva las llamas, que buscan la salida natural hacia arriba". Eso empeoró la situación. "Fue como encender un soplete", expuso, gráficamente.
Explosiones. El dirigente sindical del SPB entiende que los primeros datos de la autopsia refuerzan la idea de que los bomberos fueron avisados tarde: "En los 20 años de experiencia que tengo como bombero nunca he visto que nadie muera en un incendio quemado, siempre que, lamentablemente, hay muertes éstas se producen por asfixia", aclaró. "En este caso concreto, además, espero que las investigaciones pongan las cosas en su sitio y se confirme", añadió.
El dato avanzado por la autopsia se suma el testimonio de un vecino de la calle Haya, que ha pedido no ser identificado, y que asegura que salió a la calle y escuchó explosiones, que atribuye al estallido de los cristales de la vivienda, y que luego sólo vio "muchísimo humo".
Asegura que avisó inmediatamente a los bomberos. La suya fue, por tanto, una de las tres, si no la primera, de las llamadas que se recibieron en el parque de bomberos de Écija.
No obstante, otros vecinos de Las Moreras aseguran que llegaron a escuchar los gritos de auxilio de Carmen Romero, la joven de 18 años que falleció en el trágico incendio. Otros aseguraron, la misma mañana del domingo, que llegaron a verla pedir socorro tras los barrotes de una ventana del primer piso.
Aunque los datos oficiales reflejan un tiempo de reacción inferior a cinco minutos desde que quedara reflejado el primer aviso, los familiares atribuyen al servicio municipal de bomberos una tardanza de "entre 35 y 40" minutos desde que se declaró el incendio en el hogar abrasado.
Estos familiares dicen preferir esperar a que "todo esté en su sitio", los cuerpos enterrados y finalizadas las investigaciones abiertas por el Consistorio y por la Delegación del Gobierno en Andalucía para decidir si impulsan "las respectivas (sic) medidas" legales ante los tribunales.
También los bomberos estudian personarse como acusación particular en las diligencias abiertas a instancias de la Subdelegación del Gobierno en Sevilla tras la identificación de los presuntos agresores que, el domingo, intentaron linchar a miembros del parque de bomberos de Écija y causaron destrozos aún no cuantificados en el camión del servicio contra incendios.
Desde el fatal accidente, los llamamientos a la calma han sido continuos por parte del Ayuntamiento, la Subdelegación del Gobierno y, ayer mismo, por parte del Sindicato de Bomberos.
También el jefe de bomberos de Écija, Antonio Alhama, declaró ayer que el informe del Servicio de Extinción y Prevención de Incendios (Sepei) "cierra el debate" sobre su actuación, al confirmar "con datos comprobables" la versión del parque de bomberos, e instó a pasar página "porque ni nosotros tenemos nada en contra de los vecinos ni creo que ellos contra nosotros".