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'La familia nace del compromiso estable del varón y la mujer'

El cardenal arzobispo de Valencia defiende en su carta que la familia se determina por el "compromiso estable y duradero del varón y de la mujer, que se dan y se reciben en alianza matrimonial, y crece con la lealtad y la gratitud de los hijos". (Foto: EFE).

el 14 sep 2009 / 23:08 h.

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El cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, defiende en su carta de esta semana, titulada 'La familia nace del sí responsable y definitivo', que la familia se determina por el "compromiso estable y duradero del varón y de la mujer, que se dan y se reciben en alianza matrimonial, y crece con la lealtad y la gratitud de los hijos". En su opinión, "ignorar, desnaturalizar, o desfigurar la esencia de la familia es una causa de desestructuración de la propia sociedad".

El purpurado parte de que la familia "es la fuente e inspiración de la paz" y agrega que "sólo cuando estamos dispuestos a concebir la humanidad como una gran familia podemos avanzar en el compromiso por la libertad y la justicia para las personas, sin exclusiones ni discriminaciones", según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado.

De igual modo, el cardenal advierte de que es "un error despreciar la capacidad de mantener los propios compromisos, tan esencial para articular los derechos y los deberes en una sociedad libre y democrática". A este respecto, el cardenal cita al divorcio, del que indica que "no ayuda a promover la capacidad de compromiso" y precisa que "la libertad individual necesaria para los grandes compromisos de la vida puede verse truncada por los vaivenes en los que acaban formándose personas de comportamiento errático".

Por el contrario, "quien contrae verdadero matrimonio sabe en qué está comprometiendo su voluntad", sostiene el titular de la diócesis de Valencia que insiste en el carácter "libre" de ese compromiso. "El consentimiento y la entrega del varón a la mujer y de la mujer al varón, maduros y responsables, son expresiones de la libertad humana", que favorecen una "comunidad de vida estable, al servicio de los derechos de los niños, a una educación en el amor", sostiene.

El cardenal admite "las dificultades propias de la convivencia" pero considera que "no llevan fatalmente a tener que romper los compromisos", sino que "se puede y se debe ayudar a superar esas dificultades, a proponer con esperanza una maduración en el amor y en la entrega".

En otro pasaje de su carta, el cardenal arzobispo de Valencia destaca la importancia de la "lealtad hacia los mayores, hacia aquellos a los que debemos la vida, la nutrición y la educación" como una forma de expresar "la gratitud por los dones recibidos, y se reconoce que nuestros deberes hacia los demás justifican nuestros derechos". Según el purpurado, "el éxito de la convivencia familiar radica en que pide que todos estén activos para construirla, cada uno desde su propio papel e identidad".

Además, la dinámica propia de la vida familiar "es altamente beneficiosa porque consigue favorecer la verdadera participación social activa", indica el cardenal, que sostiene que "la familia no es un asunto meramente privado: es la levadura de la mejor convivencia".

Admite el purpurado igualmente que "en muchas ocasiones las vicisitudes del mundo actual ignoran o desprecian la importancia de las relaciones familiares" y recalca el compromiso de la Iglesia en Valencia "para convertir en realidad la conciliación de la vida laboral y familiar, la superación de las crisis matrimoniales mediante la mediación familiar o la formación de los hijos".

Las familias cristianas "tienen encomendadas la labor de ser fuente, luz y fermento de la comunidad" y añade que "reconocer a Dios en el origen de la familia humana no es un camino más hacia la paz" sino que "es el que verdaderamente garantiza la conjunción entre libertad y verdad, entre progreso científico y dignidad humana".

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