Local

La familia pide que la justicia no sea 'blanda' con 'asesinos calculadores'

En el rostro de Javier Casanueva, tío de Marta y portavoz de la familia, sólo se leía dolor e indignación. Dos minutos le bastaron para decir ante los medios de comunicación un mensaje rotundo: reclamó un cambio en las leyes para que los asesinos de su sobrina no salgan "en pocos años".

el 15 sep 2009 / 22:40 h.

TAGS:

Mónica Ureta / Iria Comesaña

En el rostro de Javier Casanueva, tío de Marta y portavoz de la familia, sólo se leía dolor e indignación. Dos minutos le bastaron para decir ante los medios de comunicación un mensaje rotundo: reclamó un cambio en las leyes para que los asesinos de su sobrina no salgan "en pocos años". Un centenar de vecinos secundaron su petición y exigieron justicia.

El barrio sevillano de Tartessos, cerca de Santa Justa, seguía anoche empapelado con fotos de Marta. En la peña bética que está en la esquina de la casa donde vivía la joven, desaparecida hace 22 días, cuelga una enorme pancarta donde se puede leer Marta, te esperamos. Vuelve pronto. Ayer nadie hablaba de otra cosa. La Policía había detenido el viernes al ex novio de la chica y buscaba el cadáver en el río Guadalquivir a la altura de Camas. "Esto se veía venir desde el principio. Era el niño, era el niño", comentaba una vecina a un camarero de la zona.

En el número 3 de la calle Argantonio la expectación se había multiplicado. La familia había convocado a los medios de comunicación a las 19 horas, pero mucho antes el portal ya estaba abarrotado de vecinos. Empezaron a llegar sobre el mediodía, preguntando insistentemente si había novedades. Poco antes de las siete, el tío de la chica, Javier Casanueva, bajó de la casa y se sentó en una pequeña mesa improvisada llena de micrófonos. Con el gesto compungido, la mirada al suelo y la voz casi imperceptible, el que hasta ahora ha sido el portavoz oficial se dirigió a los periodistas sólo dos minutos, el tiempo en que se mantuvo firme. Fue breve pero muy claro. Comenzó con un ruego: que la prensa no use "el término novio" para referirse a Miguel, el supuesto autor confeso del crimen de Marta. "Mi sobrina tuvo una relación de un mes con el asesino". Luego contó cómo se habían enterado de la detención del joven de 20 años y de su amigo Samuel. "Esta mañana [por ayer] llamó la Subdelegación del Gobierno e informó a mi cuñado de que el tal Miguel había confesado la autoría del crimen de mi sobrina y que había otro cómplice, el amigo Samuel, que había ayudado a deshacerse del cadáver", relató Javier.

En realidad, el padre de Marta salió sobre las nueve de la mañana escoltado por dos policías de paisano; fue a la Delegación del Gobierno, estuvo cinco minutos y regresó a su casa sobre las diez y media. Diez minutos después comenzaron a llegar policías uniformados a la urbanización. Hubo al menos seis de forma permanente y tres patrulleros aparcados en la calle. Era el propio padre de la joven el que había solicitado a la Delegación del Gobierno esta protección. Cuando el tío de la niña habló a los medios, dos policías escoltaban el portal del piso.

El portavoz familiar bajó a la calle para lanzar un mensaje contundente: "La familia va a luchar para que haya justicia, para que el asesino de Marta y su cómplice no salgan en pocos años, como estamos hartos de ver". Acto seguido, pidió una "reflexión a los políticos y al pueblo mismo para que la Justicia cambie". Aseguró que "no se puede ser blando con asesinos fríos y calculadores ni pensar que puede haber reinserción de dos personas que han actuado tantos días con tanta frialdad".

Alguno de los vecinos recordaba ayer que en estas tres semanas los dos arrestados no sólo no habían confesado, sino que Samuel había hecho declaraciones en un programa hablando de la relación de Marta y Miguel y de cómo éste se sentía tras la desaparición de la chica. El tío de la joven anunció que la familia "va a luchar con los medios que haya, con plataformas, para que cambien las leyes y para que no vuelva a pasar este calvario". A la cabeza de muchos vino la intensa campaña que está llevando a cabo la familia de Mari Luz, la niña de Huelva asesinada por un pederasta, para endurecer la ley.

Exigen justicia. Justo antes de dar por concluida la rueda de prensa, con la voz temblona Javier dijo una última frase: "Queremos Justicia". Al momento entró en el portal sin mirar atrás, mientras las personas que allí se congregaban gritaban esas mismas palabras: "¡Queremos Justicia!". La convocatoria había terminado, pero nadie quería abandonar el número 3 de la calle Argantonio. Se respiraba indignación y enfado, tanto como para proferir todo tipo de insultos hacia Miguel. "¡Que lo cuelguen!, ¡que lo maten!, ¡que lo corten a pedacitos!", chillaban los vecinos.

Eran en su mayoría padres y personas mayores, algunos de ellos con niños pequeños en brazos. No había apenas adolescentes, y es que los amigos de Marta habían pasado en el barrio muchas horas. Habían llegado sobre las once de la mañana. Se colocaron, en grupo, en la pared de enfrente de la casa de los padres de la joven. No se atrevían ni a intentar subir para hablar con la familia, decía Gabi, porque veían entrar a los parientes desconsolados. Hubo momentos en los que la tensión les pudo y se les saltaron las lágrimas; otras veces permanecían en silencio, mientras por delante de ellos pasaban vecinos con la camiseta con el rostro de la chica y el lema Todos somos Marta.

A última hora de la tarde llegó una ambulancia del 061 y estuvo en casa de Marta una hora. Cuando el portal se despejó de gente sólo quedó un ramo de flores, justo en el lugar donde se la vio por última vez.

  • 1