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La Feria de Babel

¿Qué hace una novia en la Feria? ¿Tan mala está la cosa que no hay ni para el convite? La Feria de Abril parece tener la pócima de la felicidad, incluso en tiempos de crisis. ¿Será el rebujito? Todo cabe en esta ciudad efímera de farolillos y albero.

el 16 sep 2009 / 02:10 h.

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¿Qué hace una novia en la Feria? ¿Tan mala está la cosa que no hay ni para el convite? La Feria de Abril parece tener la pócima de la felicidad, incluso en tiempos de crisis. ¿Será el rebujito? Todo cabe en esta ciudad efímera de farolillos y albero. Si hace tres años el Real se puso al rojo vivo al coincidir la fiesta con la clasificación del Sevilla FC para su primera final de la UEFA en Eindhoven, ayer acogió el banquete de boda entre un sevillano y una venezolana. Ellos sustituyeron el tradicional vals por unas sevillanas del Pali bajo las lonas de una caseta.

José Humberto Lagos y Julia Teresa Borjes celebraron su matrimonio en la Feria. Pasadas las tres y media de la tarde llegaban a Pascual Márquez, 66-70 en un coche de caballos. Venían de la parroquia de la Concepción de Nervión, donde una hora antes se habían dado el sí quiero:"Teníamos muchas ganas de casarnos y el único hueco libre era este día y, la verdad, pensamos que podíamos venir a festejarlo al Real", explica Humberto, que ayuda a bajar del carruaje a su nueva esposa, aparejada con velo, corona, ramo de rosas... La estampa insólita acapara la atención de los paseantes, que se detienen a fotografiar a la novia, confundiéndola con alguna broma televisiva o un personaje famoso:"¿No será familia de Farruquito?", inquiría una señora a la sombra de los árboles.

Haciendo funciones de padrino de la boda estaba Juan Ignacio Zoido, portavoz del PP en el Ayuntamiento. Zoido hizo los honores de recibir a su compañero de partido y portavoz del PP en la Junta Municipal del Distrito Cerro-Amate, para más señas el flamante novio. Su entrada en la caseta de los populares revolucionó la sobremesa reposada de las señoras de cutis bronceados que cuchicheaban con cara de sorpresa: "¿Esto qué es? ¿Quiénes son?".

En el estrecho pasillo que va a la barra, la feliz pareja consuma su primer baile como marido y mujer: "Estamos muy contentos de celebrarlo aquí. Hemos venido a tomarnos algo con los compañeros. Soy militante del PP desde hace cinco años", señala José Humberto, que no deja de recibir felicitaciones y hasta le gritan efusivamente:"¡Vivan los novios!", emocionando a los familiares de la joven venezolana.

Y es que su historia de amor es el guión de una telenovela de las cuatro de la tarde. Este afiliado del PP, viudo y que ha vivido once años en Nicaragua, conoció a su novia -desde ayer ya mujer con todas las bendiciones eclesiásticas y feriantas- "hace sólo siete meses" a través de un portal católico latino que -apunte- responde al nombre de www.solterosdelavemaria.com. Lo suyo fue un ciberflechazo. "Desde el principio lo tuvimos claro", confiesan, al tiempo que aclaran que les ha casado el hermano de ella, "el sacerdote Nelson", y el vicario general de Valencia en Venezuela, monseñor Tulio Ramírez Padilla. Ambos habían viajado expresamente a Sevilla para oficiar la ceremonia. El vestido blanco de la novia no pasa desapercibido entre tantos lunares y volantes, sobre todo para la gitana que se cuela en la caseta para vender claveles: "¡Qué novia más guapa! Anda, cómprale unas flores para que os traila suerte". Suerte la que tuvieron los amigos del novio, que aflojaron el bolsillo a espaldas de la novia para que aquello pareciera más un regalo que una compra. Los montaditos de lomo y flamenquines dieron paso en la carta a la tarta nupcial de tocino de cielo y nata. ¿Fue éste el regalo de Zoido a los tortolitos? Él no lo aclaró.

Mientras los populares hacían sus particulares Américas con el enlace matrimonial sevillano-venezolano, en la otra orilla de la calle Pascual Márquez se dibujaba el camino hacia una futura integración con Suramérica. Los rostros de piel morena de Frank y Ali recuerdan a esos tantos que vemos a diario en los telediarios jugándose la vida en una patera. Su viaje les trajo de Melilla a Sevilla, donde desde hace dos años se encargan de controlar el acceso a la caseta particularPeña Cultural Bética Puerta de la Carne. Muy respetuosos y sin apenas levantar la mirada del albero, explican que son "de Nigueria". Julia Teresa, Frank, Ali... todos ellos ponen nombre a la diversidad de la Feria de Abril, una fiesta integradora, como bien apuntan estos dos nigerianos:"El único problema que hemos tenido ha sido el calor sofocante de estos últimos días". Será por eso que dicen preferir la Feria "tonight" ("de noche"). En parte, llevan razón pues el mercurio rozó ayer los 30 grados fuera de las casetas, y dentro era el doble.

Convertida en una auténtica torre de Babel, el paseo por las calles del recinto ferial reserva otras historias de convivencia. Del municipio sevillano de El Viso del Alcor es la joven María José Bernet, que ayer recibió la estatuilla que la acredita como mejor amazona de la Feria de 2009:"Llevaba veinte años sin venir y éste ha sido el mejor recibimiento a mi vuelta al paseo de caballos", dice montada sobre su inseparable Flequi a la puerta de la caseta municipal. Mientras, en el interior de las casetas se apuran los últimos sorbos, aunque los aficionados merengues no tuvieran muchas ganas de fiesta después de la batida del Barcelona en el Bernabéu. Pese a todo y al luto vivido en Gines que ayer enterró al joven apuntañado en la madrugada del viernes, la Feria de este año quema su último cartucho con los fuegos de la medianoche. Ha dejado buen sabor de boca, sobre todo en los visitantes que se han acercado este puente. Y es que ya se sabe: cuando la Feria mayea...

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