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La fiesta de Coca-Cola y sus ‘benditos bares’

Era el día señalado en el calendario para hacer lo habitual aunque de un modo diferente. Se trataba de salir a la calle, tomarnos una copa en compañía de amigos y disfrutar de esa que, para muchos, es casi una segunda casa.

el 29 jun 2013 / 19:19 h.

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Los pasacalles llenaron la calle San Jacinto. Los pasacalles llenaron la calle San Jacinto. Era el día señalado en el calendario para hacer lo habitual aunque de un modo diferente. Se trataba de salir a la calle, tomarnos una copa en compañía de amigos y disfrutar de esa que, para muchos, es casi una segunda casa. Coca-Cola celebraba así el día de los bares (San Bar-Tolo como rezaba su campañar) con el objetivo de que los ciudadanos devolvieran a estos establecimientos todo lo que ellos le habían aportado en sus vidas. En Sevilla, la multinacional escogió como epicentro de su gran fiesta al barrio de Triana. Nada mejor, pues desde primeras horas del mediodía la zona peatonal de la calle San Jacinto se convirtió en el templo de referencia de estos Benditos Bares, cuyo efecto festivo se iba expandiendo según avanzaba el día por toda la ciudad. No faltó ningún detalle. Casi al mediodía, la banda de las Tres Caídas hacía su llegada interpretando la sintonía de la campaña de Coca-Cola. Todos los sevillanos respondían al archiconocido “ehhh” con su correspondiente “ohhh”. Francisco Pérez, delegado Distrito Triana; Javier Dronda, Relaciones Externas de Coca-Cola Andalucía; Juan Ignacio Zoido, alcade de Sevilla; Ricardo DJ; y Ana Millán, Relaciones Externas de Coca-Cola en Sevilla. Francisco Pérez, delegado Distrito Triana; Javier Dronda, Relaciones Externas de Coca-Cola Andalucía; Juan Ignacio Zoido, alcade de Sevilla; Ricardo DJ; y Ana Millán, Relaciones Externas de Coca-Cola en Sevilla. Tras ellos llegaría la inauguración oficial por parte del alcalde, Juan Ignacio Zoido, acompañado por el delegado del Distrito Triana, Francisco Pérez; y por Javier Dronda y Ana Millán, de Coca-Cola. Sus palabras y una suelta de globos daban el pistoletazo de salida a un día que vivir en los bares, si era dentro mejor porque el calor a esa hora apretaba bastante. Toda Sevilla respondía llenando San Jacinto para disfrutar, primero de las actividades infantiles, y ya a la caída de la tarde de un pase de modelos o de la Chirigota del Selu. A medianoche los fuegos despedían a San Bar-Tolo tras una jornada para el recuerdo. Era el adiós al santo y la bievenida al bar nuestro de cada día.

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