Ni la crisis, ni la lluvia, ni nada. En la Feria de Alcalá de Guadaíra no se nota que es final de mes. Si el pasado jueves la cosa parecía flojita por la lluvia, que no aparecía en la feria desde hacía 22 años, el viernes fue la prueba de fuego para demostrar que los bolsillos guardan siempre algo para disfrutar de la fiesta.
El mediodía fue uno de los momentos de mayor afluencia de público: almuerzos de compromiso, quedadas con los amigos y compañeros y otros actos protocolarios, como la recepción en la Caseta Municipal de las asociaciones de vecinos y de la tercera edad.
Entre charlas de ferias estos vecinos pasaron la mañana ocupando sus asientos desde bien temprano. "Nos cansamos, es la edad", se justificó María Rodríguez mientras daba buena cuenta del plato de jamón que tenía delante. Otro grupo de vecinos, éstos de la asociación Primero de Mayo hablaron de la portada. "Hace dos años la hicieron más alta y más grande", comentó Enrique Jiménez, quien además explicó que este año está inspirada en una hermosa hacienda dedicada a celebraciones.
Es lo que tienen las charlas de feria en un día muy alcalareño, que disfrutan de forma especial los habitantes del municipio.
Para muchos la mañana del viernes de feria está dedicada a la familia. Las casetas tradicionales acogieron ayer a centenares de vecinos que, también en familia, fueron al real a almorzar. Padres, hijos y nietos se reunieron alrededor de la mesa para dar buena cuenta de los tradicionales flamenquines y los revueltos de jamón o gambas.
Ocio. Durante la mañana la infancia se convirtió en el protagonista. La calle del infierno presentó desde primera hora un lleno absoluto. Niños -y no tan niños- disfrutaron de las 50 atracciones, que siguen siendo uno de los principales encantos de la feria. El Ratón Vacilón es la atracción líder de cada jornada seguida muy de cerca por el castillo de Mr. Bean. Eso sí, para los más pequeños los preferidos son los ponis. Ya es tradicional ver a las madres cómo sujetan a sus hijos para que no se caigan, mientras los padres inmortalizan la escena con una cámara.
En el otro extremo del recinto ferial, en todas las calles, decenas de aficionados al mundo ecuestre lucían sus monturas. Sin duda fueron los niños los que brillaron con luz propia. Y es que estos pequeños fueron capaces de mantener la calma y la compostura, cosa que deberían aprender algunos mayores.
En este sentido, hay que decir que la nota negativa del paseo de caballos en la jornada de ayer la protagonizaron algunos jinetes que abandonaron el lugar que tienen acondicionado y pasearon por otras calles fuera de San Juan.
Mientras, en las casetas para los jóvenes el ambiente era tranquilo, a la espera de que llegara la noche. En estas casetas de movida la música la trae un pinchadiscos. Es el caso de DJ Kino, uno de los más pedidos en las noches de feria. Habitualmente trabaja en el bar El Resbalón, pero también pone música en bodas y banquetes. Éste comentó que "este año piden mucho reggeatón", pero avisó de que la canción que causa furor es el Chiki chiki. Los pasos del brikindance, el crusaíto, el Michael Jackson y el Robocop fueron más que ensayados por alcalareños y visitantes que se quedaron en la feria hasta las tantas para disfrutar de la noche.
Por lo demás, la feria respira, por ahora, tranquilidad, gracias en gran parte a las cámaras de seguridad instaladas en todo el recinto ferial para evitar incidentes. El concejal de Seguridad Ciudadana, Manuel García, aseguró: "Por el momento no ha habido incidentes ya que las cámaras nos permiten enviar a varios agentes en cuanto se percibe que puede haber algún altercado". Junto con la Policía Local también ayuda la presencia de más de 60 agentes de los cuerpos especiales de la Policía Nacional estos días.
