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La fiscal pide la libertad para un preso desde 1996 por violación

Rafael Ricardi podrá quedar pronto en libertad después de 13 años en la cárcel por un delito de violación que la Fiscalía cree que no cometió. Una nueva prueba de ADN ha sido el detonante para que la Fiscalía, que hasta ahora no había visto motivos para hacerlo, solicite su excarcelación ante el Tribunal Supremo.

el 15 sep 2009 / 08:03 h.

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Rafael Ricardi podrá quedar pronto en libertad después de 13 años en la cárcel por un delito de violación que la Fiscalía cree que no cometió. Una nueva prueba de ADN ha sido el detonante para que la Fiscalía, que hasta ahora no había visto motivos para hacerlo, solicite su excarcelación ante el Tribunal Supremo.

De momento ya ha pedido su libertad condicional y la concesión del tercer grado penitenciario. El Ministerio Público considera que podría salir en breve de la cárcel de Topas (Salamanca), donde ha sido recientemente trasladado desde El Puerto. La intención es que este portuense no siga ni un día más en prisión cumpliendo penas que le corresponden a otros.

Un cúmulo de casualidades que se han sucedido en los últimos meses ha permitido que salgan a la luz importantes pruebas que apuntan a su inocencia. La última y la que ha cambiado la postura de la Fiscalía es un nuevo informe que solicitó al Instituto Nacional de Toxicología. Se ha detectado que los restos de semen aparecidos en la ropa de la víctima corresponden a dos hombres que no son Ricardi.

La suerte ha jugado después de más de una década a favor del preso de Topas porque estos análisis se han realizado sobre unos trozos de ropa de la mujer que fueron descartados en la primera investigación y que aún permanecían guardados.

Esta nueva prueba señala a Fernando P.G. como autor de la violación por la que fue condenado Ricardi. Precisamente fue su detención por otros hechos en junio de 2007 lo que provocó la reapertura del caso después de que la Policía comprobara en abril de este año que su ADN se corresponde con el resultante de una prueba anterior del Instituto Nacional de Toxicología.

Su acompañante y un segundo sospechoso, según la investigación policial, sería Juan. B., detenido por agredir sexualmente a una hija. La víctima escuchó este nombre cuando se produjo el ataque. Actualmente se investiga la implicación de ambos en varias violaciones que tuvieron lugar en la Bahía de Cádiz.

Rafael Ricardi fue condenado en 1996 por la Audiencia Provincial que se basó en la identificación realizada por la víctima que aseguró reconocerle porque tenía un "ojo a la virulé". Se contó en el procedimiento con la analítica de restos de semen que por aquel entonces, con métodos más anticuados, "no descartaba" que pudiera proceder del portuense.

Sin embargo, en el año 2000 se practicó un nuevo examen con técnicas novedosas, que concluyó que no se encontraron células del preso. Ni la defensa ni el Ministerio Fiscal solicitaron nada porque no se pudo identificar al segundo hombre. La fiscal, Ángeles Ayuso, ha decidido mover ficha ahora porque estos últimos análisis de ADN señalan hacia otra persona.

Fallos en la investigación . Con este recurso se abre un proceso en el que se tendrán que esclarecer las causas de que una persona inocente haya pasado 13 años en la cárcel. La Fiscalía tratará de averiguar la secuencia de errores que se han producido en la investigación policial. La propia víctima se quejó de que nadie le dijo el día de la violación que no debía lavarse las manos.

Según consta en el expediente tampoco se intentaron recoger restos biológicos en el casco y en la moto en la que fue abordada por dos encapuchados. Para su identificación los agentes le enseñaron varias fotos pero sólo la de Ricardi tenía un ojo con un rasgo diferente.

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