Miguel Ángel, con la sentencia que le absuelve y una fotografía de él antes de que fuera denunciado por su ex pareja.
De hecho, un informe de la Fiscalía de Sevilla ya alertó el año pasado de la necesidad de aumentar y expandir el número de puntos de encuentro familiar en la provincia. Al encontrarse en la capital, no sólo provoca que tenga problemas de saturación, sino de desplazamiento para las familias de poblaciones más alejadas. "En muchos pueblos alejados de Sevilla se recurre a lugares como el cuartel de la Guardia Civil, la sede de la Policía Local o incluso una biblioteca", ya que es un recurso mejor que "hacerse cien kilómetros para estar una hora con el menor y luego volver".Lo importante es que en la familia con conflictos exista un mediador, de tal forma que si uno de los progenitores tiene una orden que impida que se acerque a su ex pareja, sea la Guardia Civil o la Policía Local del municipio la que reciba al menor. Así, por ejemplo, la madre lo entrega a los agentes y se marcha, minutos después aparece el padre y se lo lleva. "Es una solución, pero desde luego no es lo mejor para un menor", añaden desde la Fiscalía.
"Lo principal es lograr que se repartan al menos dos más por la provincia, así se evitaría el atasco y se facilitaría las visitas con sus hijos a muchas familias", de tal forma que los nuevos se crearan en las zonas más alejadas de la capital. Así lo reflejaron los fiscales sevillanos en un informe que elaboraron el año pasado a instancias de la Fiscalía General del Estado sobre estos organismos en España. Del mismo, se encargaron los fiscales delegados de Protección de Menores y de Violencia sobre la Mujer, ya que son los que suelen derivar los casos al punto de encuentro.
Fue entonces cuando detectaron que la existencia de un solo organismo provoca que muchas familias no puedan acceder con rapidez al mismo. "La lista de espera está en dos o tres meses", aseguran fuentes de la Fiscalía sevillana. Todo ello, pese a que el uso del punto de encuentro "se limita cada vez más por jueces y fiscales para evitar trastornos a los menores, ya que lo ideal es que las visitas con sus padres sean lo más normalizadas posibles y sin intermediarios".
Al punto de encuentro familiar acuden las familias con separaciones conflictivas como, por ejemplo, por casos de violencia de género. "Hay padres que tienen órdenes de alejamiento y no puede acercarse a la madre, así que las visitas se regulan en el punto de encuentro". La madre o el padre llega con el menor, que queda allí con personal especializado en estos temas a la espera de que aparezca el otro progenitor, con lo que se evita "que se incumpla la orden de alejamiento". En otros casos, las visitas se llevan a cabo en el mismo punto de encuentro con la presencia de un psicólogo o un monitor, "bien porque el caso es muy grave o para ir logrando un acercamiento progresivo al menor".
En la actualidad, según los datos ofrecidos por la Consejería de Gobernación y Justicia, el punto de encuentro de Sevilla atiende a 146 menores que pertenecen a 121 familias. Éste fue el primero creado en Andalucía y funciona desde 1999. "Está ubicado en un local céntrico, perfectamente equipado y con un equipo técnico muy cualificado", apuntan desde la consejería. La Fiscalía también coincide en que el equipamiento y los medios "son el adecuado", máxime después de haber cambiado de ubicación, ya que "en un principio estaba en un piso, pero ahora está en un local amplio". Además, aseguraron que, pese a los inconvenientes, "tenemos que estar satisfechos porque es una herramienta relativamente nueva con la que no contábamos hace diez años".
