Según informó ayer Europa Press citando a fuentes judiciales, la Fiscalía está investigando el caso después de tener conocimiento de un anuncio incluido en internet en el que una persona que se identifica como un hombre de mediana edad vende uno de sus riñones por un precio de 100.000 euros.
El supuesto vendedor, que colgó el citado anuncio en una página web especializada en compra y venta, se identifica como un hombre con domicilio en Sevilla que tiene 40 años, una altura de 1,62 metros y un peso de 65 kilogramos. Del mismo modo, indica que es no fumador y especifica su grupo sanguíneo. Tras los detalles físicos, dicho sujeto aporta su dirección de correo electrónico creada para tal efecto y reclama 100.000 euros por la venta de uno de sus riñones, si bien el anuncio no explica las circunstancias en que se llevaría a cabo el trasplante ni el lugar, teniendo en cuenta que este tipo de operaciones son ilegales en España y que los enfermos sólo pueden lograr un órgano esperando en la lista de sanidad, y no mediante una compra directa a una persona que oferte sus órganos.
Las mismas fuentes explicaron a Europa Press que los hechos "por el momento" no constituyen delito alguno dado que no ha existido ninguna infracción con la simple publicación del anuncio, aunque el caso va a ser analizado para esclarecer las circunstancias que lo rodean. El anuncio en sí no constituye un delito, insisten, e incluso la autolesión es impune en el ordenamiento jurídico español, aunque si la venta llegara a producirse habría que analizar los "matices" del caso, pues para vender un órgano previsiblemente participarían distintas personas en un proceso, en el que sí podrían detectarse anomalías legales.
en auge. Éste no es el único caso que circula por la red, ya que en distintas webs existen anuncios relacionados con la venta de riñones y de hígados por toda la geografía española, donde se piden cantidades astronómicas. Los precios que se encuentran en la red oscilan entre los 60.000 y los 150.000 euros y habitualmente se lanza como reclamo la dura situación económica que atraviesa quien hace la oferta, de ahí que con la crisis estos casos se hayan hecho más habituales desde que se detectó el primer intento de venta. Fue en 2000, en Vitoria.
