La Fiscalía de Sevilla pedirá mañana 20 años y ocho meses de prisión para un ciudadano francés al que consideran autor de un crimen ocurrido en le Centro de la ciudad hace doce años. El acusado fue detenido hace dos años, y hasta ahora ha sido la única persona localizada, pese a que el fiscal cree que en los hechos, ocurridos el 8 de diciembre de 2002 en una vivienda de la calle Vib Arragel, intervinieron varias personas. El fallecido fue localizado con una bolsa en la cabeza, maniatado y había sido torturado. El juicio se celebra mañana en la Audiencia Provincial. Según relata el fiscal en su escrito de acusación, fue en noviembre de 2002 cuando el acusado, Dominique Philippeaux, uno o varios individuos se pusieron en contacto con él en Francia para comunicarle que "en Sevilla había un individuo que guardaba en su domicilio una importante cantidad de drogas y dinero y que resultaría fácil hacerse con ambas cosas". El acusado, según el fiscal, aceptó la propuesta y se trasladó hasta la ciudad "seguramente en ferrocarril". Una vez en Sevila y con todos los datos del fallecido, él y "los desconocidos individuos", se dirigieron hasta el número 23, piso bajo de la citada calle. Una vez alí, uno de ellos llamó a la puerta de Francisco Carrasco Córdoba, quien la franqueó tras reconocer al individuo. "De forma inmediata, irrumpió en la vivienda también el procesado, quien junto con el individuo citado y seguramente alguno más, exigieron a Carrasco que les hiciera entrega de las drogas y el dinero". "INUSUADA BRUTALIDAD" La víctima se negó así que, "con intención de causarle la muerte, comezaron a golpearle con inusitada brutalidad, sobre todo en el rostro, propinándole numerosos puñetazos y patadas hasta que le hicieron perder el sentido. Seguidamente, le maniataron de pies y manos y le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, asida por el cuello por cienta aislante", cuando aún continuaba con vida, privándolo así de cualquier posibilidad de defenderse. Luego entre todos, continúa el relato del fiscal, "a rastras le subieron a la planta alta de la vivienda y lo colocaron sentado en el suelo con la cabeza apoyada en un sofá". Minutos después, la víctima fallecía "como consecuencia del fuerte traumatismo craneoencefálico y posterior asfixia mecánica, provocada por la fuerte compresión en el cuello y la bolsa de plástico en la cabeza". El acusado y sus otros compinches registraron la vivienda y trataron de abrir la caja fuerte, pero no pudieron conseguirlo porque los vecinos alertaron a la Policía por los ruidos, no sin antes cerrar la vivienda con unas llaves que encontraron. En el registro que la Policía llevó a cabo en el lugar del crimen, los agentes encontraron 3.875 gramos de cocaína y 8.000 euros, que pertenecían a unos individuos que fueron juzgados por estos hechos y condenados a 16 años de prisión, entre ellos, el propietario del bar en el que trabajaba el fallecido. Además, se localizaron diversos objetos en la caja fuerte como cinta aislante, camisetas, mochila, mecheros y un teléfono móvil. El ADN localizado es el que finalmente ha llevado a la Policía hasta el supuesto asesino. El fiscal considera los hechos como un delito de asesinato y otro de robo con violencia en grado de tentativa, por el que reclama 19 años de cárcel por el primero y 8 meses por el segundo. Además, solicita una indemnización de 120.000 euros para los padres del fallecido. El juicio será mañana en la Sección Cuarta de la Audiencia.