La Fiscalía recurrirá ante la Audiencia de Barcelona la decisión del juzgado de instrucción número 2 de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) de dejar en libertad con cargos, sin fianza, al autor de la agresión racista que el 7 de octubre sufrió una menor ecuatoriana en los Ferrocarriles de la Generalitat.
El portavoz de la Fiscalía ha recordado que, pese a que el juez no acordó imponer medidas cautelares "tan intensas" como el ingreso en prisión que solicitaba el ministerio público, sí aceptó su tesis de que Sergi Xavier M.M. podría ser autor de un delito contra la integridad moral, con la agravante de xenofobia, por las frases que dirigió a la menor.
De hecho, en su auto el juez argumenta que debe descartarse la existencia de un delito de lesiones en el caso, porque los exámenes forenses que se practicaron a la menor no detectaron ningún daño físico ni psíquico de la chica, pese al "estado de abatimiento" que presenta a consecuencia de la agresión. Según el juez instructor, salvo en lo de acudir acompañada a su centro de enseñanza, la menor "en nada ha tenido que variar sus hábitos de vida, manteniendo incluso las salidas nocturnas con sus amigas, lo que indudablemente le valdrá para recuperar su normalidad y felicidad habituales".
Mientras tanto, el acoso de los medios de comunicación al agresor racista llevó ayer al juez a trasladar los controles policiales a la casa del imputado, que no se verá obligado a comparecer ante la Policía Local sino que serán los propios agentes los que comprobarán a diario que está en casa, lo que supone una decisión inusual en la Justicia española.
La modificación de la medida cautelar se efectuó tras conocer, a través del jefe de la Policía Local de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona), la imposibilidad de garantizar la seguridad en sus dependencias dada la presencia de un "ingente número de informadores" y admitió que carece de efectivos para dar un "adecuado tratamiento a la situación".
Además, la tensión se desató entre los medios y el entorno del agresor. Un fotógrafo de El Periódico de Catalunya denunció ante la Guardia Civil que, cuando entró a un bar para hacer unas instantáneas a Sergi Xavier M.M., un amigo suyo se abalanzó sobre él y le rompió el flash de su cámara. Tras ese primer ataque, el fotógrafo retenido en el interior del bar, donde recibió amenazas.
miedo o indiferencia. La pasividad del pasajero que presenció la agresión a la joven ecuatoriana es "comprensible" y, 80 de cada 100 personas "probablemente" tampoco habrían actuado por miedo o indiferencia, según explicó el catedrático de Psiquiatría Francisco Alonso. "El joven padeció una situación propicia para dejarse llevar por el miedo; estaba sólo junto al atacante y la víctima, y el hecho de no ser español, le hace sentirse en un país extraño".
A juicio del catedrático las personas que sí se deciden intervenir en estas situaciones de injusticia "son aquellas que no tienen miedo, lo vencen o lo contienen" y, además, poseen un espíritu altruista y solidario.
