Cultura

La flamenca que enamoró a Edison

el 17 abr 2011 / 19:31 h.

Una de las ilustraciones que se conservan de la bailaora andaluza Carmen Dauset Moreno
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Los aficionados de Almería tuvieron a una gran artista del baile andaluz y muchos ni siquiera lo saben todavía. La hemos visto bailar en una película de sólo unos segundos de duración y apenas podemos conciliar el sueño desde entonces. La película es de 1894 y se rodó por encargo personal de Edison. ¡Cómo bailaba esta almeriense! Se llamó Carmen Dauset Moreno y fue hermana de María del Mar Dauset, la mujer del mítico cantaor alicantino El Rojo el Alpargatero, que fue algo así como el padre de los cantes mineros de Cartagena y La Unión.

Hace unos dos años encontramos algunas gacetillas en la prensa de Madrid anunciando a un tal Sr. Grau y a una Srta. Carmen Dauset y en seguida pensamos que se trataba del cantaor de Callosa de Segura y de su mujer, que era natural de Almería. No encajaba muy bien lo del nombre de Carmen pero, así y todo, dábamos por hecho de que eran El Rojo y su esposa.

Pero estos días un gran amigo -otro buscador incansable de noticias de flamenco en la prensa del país, José Muñoz González- nos ha hecho llegar una interesante documentación y nos dice que la tal Carmen Dauset no era la mujer de El Rojo, sino su cuñada, que hizo célebre en medio mundo el sobrenombre artístico de Carmencita.

Tanta importancia tuvo esta gran artista almeriense -prácticamente desconocida hasta ahora para el mundo del flamenco-, que en 1890 le publicaron una biografía en Nueva York con estupendas fotografías y mucha información sobre su agitada vida artística, con innumerables actuaciones tanto en España como fuera de nuestro país en compañía de Trinidad Huertas La Cuenca y de otras figuras del baile andaluz de la época.

Pero la importancia de esta artista va mucho más allá de lo meramente flamenco, que sin duda la tiene. Se trata de la primera mujer que participó en una cinta de cine mudo.

Según dio a conocer hace apenas unos meses un investigador cinematográfico de la Universidad de Alicante, Francisco Mora Contreras, Thomas Alva Edison le grabó una película a Carmencita Dauset para promocionar su nuevo invento, el kinetógrafo, en la Exposición Universal de Chicago. Fue, además, el primer baile andaluz que se rodó en cine. Estamos, pues, ante un hallazgo importante para la tierra de Almería, para Andalucía entera y el mundo del flamenco o el baile andaluz en general.

Carmen Dauset Moreno nació en Almería en 1868, aunque muchos la hacían sevillana, de ahí que la llamaran en los periódicos, además de Carmencita, La Perla Sevillana. Estuvo viviendo algunos años en Málaga con su hermana María del Mar y el Rojo el Alpargatero, que convivieron en esta ciudad sin estar aún casados. La Carmen que el gran investigador José Gelardo creyó que era hermana de Antonio Grau Mora (El Rojo el Alpargatero, flamenco. Almuzara, 2007), lo era en realidad de su futura esposa.

Fue en Málaga donde aprendió a bailar Carmencita. Sus padres, de condición humilde, la pusieron a estudiar danza con sólo 7 años de edad y a los 12 era ya una artista en toda regla según la biografía ya citada, destacando en las veladas de danza del Teatro Cervantes en 1880. Más tarde se afincaría en Sevilla, donde también llegó a actuar con éxito en salas comerciales y cafés.

Fue actuando en la Exposición Universal de París de 1889 cuando un importante agente artístico americano, Kiralfy, se fijó en ella y le propuso bailar en Nueva York, donde no le fue fácil conquistar al público que acudía a verla bailar. Lo intentó más tarde en el Oeste, donde tampoco entendieron su manera de interpretar el baile andaluz, a pesar de sus grandes cualidades. Pero al final acabó conquistando a los aficionados norteamericanos, empezando, nada más y nada menos, que por el mismísimo Thomas Alva Edison, quien la eligió para probar su nuevo invento después de verla bailar personalmente en una sala neoyorkina y quedar extasiado. La grabación se efectuó en los Estudios Black María de Wew Jersey entre el 10 y el 16 de marzo de 1894.

A raíz de la grabación de esta película de sólo 21 segundos de duración y sin sonido, Carmencita se convirtió en una celebridad en Nueva York y en toda Norteamérica, dando clases a la aristocracia norteamericana, anunciando cigarrillos y posando para importantes fotógrafos y pintores, según el ya citado investigador. Al parecer, se quedó a vivir en Estados Unidos y debió de morir en aquellas tierras a principios de la tercera década del pasado siglo, aunque no se sabe aún con certeza si fue en América o en España. En cualquier caso, su muerte pasó inadvertida.

Naturalmente, después de este feliz hallazgo el siguiente paso lo tendrá que dar el Ayuntamiento o la Diputación de Almería para completar una extensa biografía sobre la primera mujer a la que Thomas Alba Edison le grabó una película muda y la primera bailarina andaluza en grabar un baile andaluz para el revolucionario invento del cine. La primera mujer, para concluir, que fue vista en una pantalla en los Estados Unidos de América, contribuyendo a la creación de la censura, porque Carmencita cometió el gran pecado de enseñar las enaguas en la cinta. 

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