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La flaqueza nacional

La competitividad es el gran reto de la economía española, según O'Kean

el 07 ago 2010 / 19:59 h.

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El catedrático de Economía de la Universidad Pablo de Olavide, José María O’Kean, en su despacho.

La crisis por la que pasa España no se debe sólo al desplome internacional del sistema financiero, ni siquiera a una cuestión tan coyuntural como el batacazo del ladrillo, que ha tirado del carro durante los años de bonanza. Se trata de algo más profundo, que viene de más lejos y que necesita de un cambio estructural de filosofía para atajar sus graves consecuencias en la población -fundamentalmente a través del paro-. La competitividad es el objetivo. Ésta es al menos la opinión que el catedrático de Economía de la Universidad Pablo de Olavide José María O'Kean, expone en su última obra, España competitiva.

"Seguramente este país nunca ha tenido una estrategia competitiva como nación. Las permanentes devaluaciones de la moneda nacional han permitido ajustes nominales de nuestra economía que han minimizado los costes reales de la escasa competitividad de nuestro tejido productivo", asegura O'Kean.

En la actualidad, el país no puede poner soluciones a través de este mecanismo, y debe plantearse cuestiones básicas para poder hacer frente a la competencia de otros del entorno y conseguir un lugar en el mercado internacional que le permita afrontar futuras crisis con unos cimientos más sólidos. "La causa principal de la difícil situación que padecemos es la permanente pérdida de competitividad de la economía española en relación con los países con los que competimos", señala el autor. Y apunta a los Estados a los que el país tiene que mirar para no perder comba: Alemania, Francia e Italia, precisamente los que engrosan la mayor cantidad de exportaciones españolas.

Y para hacerlo, hay que acudir a varios frentes, como la moderación de los costes o los precios -aumentando el nivel de competencia de los mercados internos y promoviendo una mayor apertura internacional-, aunque hay uno que es prioritario. "El principal origen de la falta de competitividad de la economía española es el diferencial del crecimiento de productividad entre los países de su área comercial", apunta O'Kean. ¿Y en qué consiste este reto? En conseguir incorporar más valor en los bienes y servicios que se producen en España, que fomenten el consumo interno y así se perciba en el exterior.

Para hacer frente a la situación, O'Kean plantea una estrategia que pone el acento en la relevancia de la formación de los trabajadores en las empresas y la necesidad, para ello, de extinguir los contratos temporales. "El escenario que debemos defender es un marco laboral que genere mejoras en la competitividad, en el que los trabajadores deberían ver subir sus salarios si la inflación les hace perder capacidad adquisitiva y también si la productividad de las empresas crece. Y deben moderarse en caso contrario", arguye.

Asimismo, aboga por la simplificación administrativa y, para ello, por fomentar sistemas de información en las empresas, algo a lo que aún se ponen barreras por la revolución digital, ya que muchos son reticentes a implementar las nuevas tecnologías porque existe "una brecha generacional". En este sentido, O'Kean defiende que ahora la lucha no está tanto en apoyar a las TIC, "sino en impulsar con decisión el uso de sistemas de información" por parte de empresas e instituciones. "No se apunta a una política económica que elija unos sectores sobre otros, sino se propone que todos se sumen a un cambio transversal".

Y no ahorra críticas a las medidas adoptadas por el Ejecutivo. "La crisis ha hecho tomar al Gobierno medidas que han agravado aún más nuestras necesidades de financiación y que no han contribuido a solventar las causas de nuestros problemas", insiste. Por ello, añade que el sistema de incentivos debe modoficarse, "lo que requiere cambios estructurales".

"Lo que resulta absurdo es adoptar una visión que afirme que la economía española no requiere grandes reformas estructurales y que simplemente cuando la crisis financiera internacional amaine recuperará su senda de crecimiento y todo ello en un entorno institucional que presenta un fuerte deterioro y que va agravándose día tras día", sentencia O'Kean en su ensayo.

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