La fosa de San Rafael revela el horror

La Junta concluye en Málaga la mayor exhumación de Andalucía, con 2.84o víctimas de la Guerra Civil enterradas.

el 24 oct 2009 / 17:24 h.

  • Alonso Abello y Manuel Zurita. Uno comienza y el otro cierra la interminable lista de muertos, de asesinados, que albergaba la fosa común del cementerio de San Rafael, en Málaga. Acabados los trabajos que inició el Instituto Andaluz de Geofísica -el mismo que ha inspeccionado el suelo de Alfacar-, la Consejería de Justicia aporta los datos: bajo la tierra, ante los ojos del arcángel sonriente de la entrada, yacían 2.840 malagueños. Es, por ahora, la mayor fosa exhumada en la comunidad andaluza.

     

    En este caso, explica el comisario para la Recuperación de la Memoria Histórica, sí que se conservaba el registro de represaliados, con lo que se ha podido poner nombre y apellidos a las víctimas. Eso si, no se han hecho identificaciones de ADN. "Se ha exhumado, no se ha identificado. Se han guardado muestras de ADN para los familiares pero identificar tantos cuerpos es muy costoso, porque sacar muestras de un hueso es dificilísimo, más después de 70 años y de que a muchos de estos restos se les echase cal viva, y porque muchos murieron tan jóvenes que no hay descendientes de los que obtener comparaciones", explica Juan Gallo.

    Lo que se ha hecho en Málaga, pues, es una identificación antropológica, se han recompuesto los cadáveres y se han conservado en cajas en el mismo camposanto. La asociación local de memoria quiere construir con ellas un mausoleo. Lo curioso es que esta apertura se ha llevado a cabo, como siempre ha destacado Justicia, con el apoyo permanente del Ayuntamiento de Málaga, gobernado por el PP. En esta ciudad, la Guerra Civil y sus consecuencias van más allá de ideologías actuales, puesto que la represión fue brutal y obligó a huidas a la desesperada por culpa de los bombardeos. De hecho, Gallo calcula que la cifra inicial de enterrados en San Rafael debe ser "casi del doble" de la que se ha cerrado. Muchos de los cuerpos que faltan pueden encontrarse, precisamente, en el Valle de los Caídos.

    Los informes de la Junta evidencian que el horror llegó a personas de todo tipo, como el cuerpo 42, "infantil, en posición extendida"; el 177, que llevaba lápices en la ropa; el 57, al que mataron con unas botas de fútbol puestas; el 19, con los restos de su uniforme en Artillería,... Muchos de ellos, "con orificios en el cráneo, supuestamente del llamado tiro de gracia", se llevaron a la tumba hasta sus pasatiempos (una Hoja Oficial del Lunes, un dominó de caña, una boquilla de fumar).

    Próximas aperturas. Gallo confía en que el año próximo se pueda abrir la fosa de El Marrufo (Jerez de la Frontera, Cádiz), para la que el jueves se comenzó a perfilar una hoja de ruta con la Diputación provincial. Este enclave, una referencia obligada en las reivindicaciones de las asociaciones memorialistas en la provincia gaditana, podría albergar más de 200 cuerpos. "La consejera ya lo ha comprometido y se abrirá", insiste el comisario. Se están "revisando", además, varios espacios más en Córdoba. La Junta quiere ayudar a estas exhumaciones bien financiándolas, bien con convenios que las cubran legalmente.

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