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La foto del ayer para el mañana

Ayer fue 18 de julio, y la fecha, salvo para algún nostálgico recalcitrante, pasó absolutamente desapercibida. Es mas, uno diría que a una gran parte de los españoles, sobre todo los que no tienen los 20 años consolidados, si alguien les hubiese preguntado, difícilmente recordarían el significado de un día en que, 72 años atrás...

el 15 sep 2009 / 08:13 h.

Ayer fue 18 de julio, y la fecha, salvo para algún nostálgico recalcitrante, pasó absolutamente desapercibida. Es mas, uno diría que a una gran parte de los españoles, sobre todo los que no tienen los 20 años consolidados, si alguien les hubiese preguntado, difícilmente recordarían el significado de un día en que, 72 años atrás, se produjo el alzamiento militan que dio comienzo a la guerra civil y marcó el inicio del régimen de Franco.

Hemos pasado página, y la prueba evidente es ese olvido, absolutamente positivo, en nuestra memoria colectiva. En ese pasar página, en lo que también han influido razones puramente biológicas, el gran mérito ha estado en las gentes de todos los colores y procedencias, que protagonizaron la transición, que con sus méritos, con sus entusiasmos y sus tibiezas, según qué casos, ofrecieron una aportación imprescindible a la normalización política de España. Precisamente ayer, en ese 18 de julio felizmente olvidado, publicaban todos los periódicos una foto, que era todo un símbolo de nuestra historia viva.

Nos ofrecía la imagen del Rey y Adolfo Suárez, los dos de espaldas a la cámara, manejada por el propio hijo de Suárez, y veíamos a Don Juan Carlos con su mano sobre el hombro del expresidente, manifestando con un gesto cariñoso su afecto para quién, junto con él, jugó un papel clave en aquellos años y que ahora, debido a su enfermedad, ni siquiera puede reconocer a su amigo y a su Rey.

He de reconocer que ayer, 18 de julio, me pasé un buen rato mirando esa fotografía. No lo hice por nostalgia, me parece, sino porque me producía una sensación de consuelo interior el ver a esos dos hombres, acompasando su andar, más de 30 años después de haber emprendido juntos un camino que nos ha traído hasta aquí.

Y ese consuelo venía de la convicción, o al menos la esperanza, de que siempre hay alguien - como los dos personajes de esa foto - que en los momentos críticos, cuando sólo se ven dificultades por todas partes, son capaces de hacer lo necesario para darle un vuelco a la realidad, para conseguir que, conseguir que los pronósticos pesimistas se vean frustrados por unos logros basados en una actuación generosa, en unos propósitos claros, y en la asunción compartida de riesgos políticos y personales en beneficio de una nación, la nuestra, y sus ciudadanos, nosotros.

Estoy escribiendo de lo que ocurrió entonces, pero no renuncia uno a la ilusión de que, dentro de 30 años, alguien pueda mirar una foto parecida con los protagonistas del presente. Un presente que, por motivos muy diferentes a los de entonces y, afortunadamente, sin los profundos miedos de aquella época, también angustia a mucha gente, una gente que lo que espera es eso, el andar acompasado de quiénes por encima de todo, pusieron su ambición de España. Por eso es la foto del ayer para el mañana.

Periodista

juan.ojeda@hotmail.es

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