El presidente de la Fundación Atarazanas, José Manuel Núñez de la Fuente, anunció esta mañana que pedirán a la Junta la apertura inmediata al público de las Atarazanas y que le presentarán un plan de difusión y actividades culturales porque salvo la nave de Carlos III tiene "un buen estado de salud". Con todo, exigirán en paralelo un programa de conservación y mantenimiento arquitectónico integral que, por otro lado, difícilmente cuente con presupuesto de la Administración andaluza, que limitó sus presupuestos a mantener los servicios sociales y educativos.
Núñez de la Fuente hizo un llamamiento a los sevillanos para que se concentren el próximo sábado 24 de noviembre ante el monumento medieval a las 12.00 horas bajo el lema Atarazanas de Sevilla, para Sevilla y el mundo y defendió que la Fundación siempre defendió que el astillero medieval no podía quedar camuflado bajo un proyecto privado empresarial y que era un proyecto "incompatible" con la protección patrimonial y de la "esencia" del astillero medieval. "No deberían quedar travestidas por otras entidades, proyectos o la marca de un arquitecto", denunció. Rechazó, pues, que el logotipo de La Caixa se ligue al del monumento, aunque la iniciativa privada sea hoy por hoy la única vía para poder recuperar este abandonado y olvidado espacio histórico.
Además, desde la Fundación se lamentó que en estos últimos cuatro años no se hayan realizado las inversiones prometidas ni el mantenimiento necesario para este tipo de edificios, a pesar del compromiso de La Caixa tras la cesión del monumento por parte de la Junta.
El presidente de la Fundación manifestó que de haber seguido adelante el proyecto del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra y la Fundación La Caixa "probablemente hubiese provocado la definitiva expulsión de los tres monumentos sevillanos incluidos en la lista de Patrimonio Mundial", en alusión a la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcázar. A su juicio, el proyecto causaba una lesión "visual y estructural" de edificios colindantes, como la torre de la iglesia de la Caridad. No obstante, en ningún caso afectaba directa o indirectamente a los tres monumentos protegidos por la Unesco.
Con todo, defendió que el proyecto de La Caixa afectaba a tres crujías medievales, a una escalera del siglo XVIII "amputada", eliminaba dos pabellones en la fachada, así como una rampa en la nave tres. "Es un proyecto oscuro, posiblemente rechazado por la Unesco y con volumetrías en las cubiertas llamativas", criticó.
No obstante, la Fundación apoyó la iniciativa de la entidad financiera e incluso firmó con ella un convenio para hacerse cargo de la interpretación museística de la parte medieval. Según Núñez de la Fuente, porque querían mejorar el proyecto y velar porque no se hicieran barbaridades", dijo tras recordar que la Fundación presentó sin éxito dos proyectos para la recuperación de las Atarazanas y su transformación en museo, poniendo en valor las astilleros medievales más importantes de Occidente. Proyectos que, hay que recordar, no tenían respaldo financiero.
Además, el portavoz de la Fundación -en la que también forma parte el Ayuntamiento- rechazó que el proyecto de Vázquez Consuegra haya sido objeto de "retraso intencionado", si bien insistió en que no había una "rehabilitación integral, sino una amputación y contaminación visual" tanto de interior como del entorno monumental de las cubiertas.
Sobre el plan especial que reclamó el Ayuntamiento a La Caixa en contra de los criterios de la Junta, indicó que estaba contemplado en la ley y era "lógico" para proteger el monumento. "Pensábamos -prosiguió- presentar alegaciones si el proyecto hubiera seguido adelante conforme a la ley".
